Decepcionante y lleno de interrogantes resultó el tan esperado anuncio para modificar el Sistema de Pensiones. Si se revisa la letra chica, no se vislumbra que vaya a resolver para nada el actual problema de las bajas jubilaciones. Probablemente va a contribuir en algo elevar el nivel de ahorro para quienes aún están en ese proceso, pero no está ni cerca de hacerse cargo de quienes ya están jubilados y empobrecidos.

Uno esperaba que parte de la solución pasara por un rol subsidiario del Estado para complementar las jubilaciones más bajas. Y respecto de la fórmula de ahorro para quienes aún no se pensionan, se habló siempre en aumentar el monto de cotización con la participación de al menos tres actores irrenunciables: empleador, cotizante y Estado. Pero tras el anuncio, queda medianamente claro que los que deberán seguir apretándose el cinturón serán los dos primeros. Echo de menos profundamente un rol más claro del Estado como tercer aportante al ahorro previsional.

Por otra parte, la forma en que se llegará al incremento del 5% representa un trato injusto y dispar para los trabajadores de Chile dado que un 2% no llegará al ahorro del cotizante, sino a esta fórmula redistributiva que hasta ahora no necesariamente lo será para todos quienes hacen el esfuerzo de ahorrar: la clase media. O sea, el esfuerzo individual se seguirá castigando.

Tampoco quedan claros los mecanismos por los cuales se evitará que el aporte del empleador termine saliendo del sueldo del trabajador, ni que signifique una disminución encubierta de los sueldos o un congelamiento de los mismos. Inevitable compararlo con el bochornoso proyecto de regulación de cobros en estacionamientos que terminó siendo un remedio peor que la enfermedad a consecuencia de cálculos mal hechos e impactos poco reflexionados.

Planteado así, queda claro que se descarta abandonar el sistema de AFP como se exigía de la izquierda extrema; pero si el efecto deseado era corregirlo y mejorarlo, tampoco queda claro si con estas medidas será lograble con un gobierno que no se compromete mucho…Ni tan cerca que queme, ni tan lejos que congele, como decía mi abuelo.

Desde Chilevamos estaremos atentos a revisar la letra chica una vez que conozcamos en detalle el proyecto para que mejore y no empeore las jubilaciones, pues en materia de reformas mal hechas este gobierno tiene prontuario.

Bernardo Berger Fett – Diputado de la República

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