Profesionales del Hospital Clínico Veterinario impactados por nuevo caso de maltrato a lobo marino

En menos de 30 días, es el segundo animal en su tipo en arribar gravemente herido por perdigones al centro de salud de la U. San Sebastián.

Hallado en las costas de Tomé, posiblemente se deba proceder a eutanasiar al ejemplar, dada su ceguera y los cientos de proyectiles alojados en su cabeza.

 En menos de un mes, el equipo de profesionales del Hospital Clínico Veterinario (HCV) de la Universidad San Sebastián Concepción nuevamente se encuentra apoyando la salud de un lobo marino gravemente herido por disparos en su cabeza. Esta vez la consecuencia es la ceguera.

El lobo marino común (Otaria flavescens) proveniente de Tomé fue ingresado por el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) al HCV con heridas en proceso de reparación, con un cuadro severo de deshidratación y dificultad respiratoria. “Las radiografías nos confirmaron que lamentablemente estamos ante un nuevo caso de maltrato animal, ya que el lobo presenta múltiples perdigones en el rostro, con pérdida de un globo ocular y compromiso del otro, pérdida de algunas piezas dentales y posiblemente fracturas de cráneo”, cuenta el doctor Álvaro Berríos Salas, decano de la Facultad de Medicina Veterinaria de la U. San Sebastián.

“El animal presenta tal cantidad de perdigones, por un tiro de escopeta, que no pudimos contar los proyectiles de la radiografía. Pese a ello tiene buen peso (33,6 kilos) y está estabilizado”, señala el doctor Berríos, quien reflexiona sobre la relevancia del hecho. “Acá concurren dos delitos: el porte ilegal de armas y la agresión a un animal de una especie protegida, como es el lobo marino. Por donde se mire, la persona que causó este daño transgredió gravemente la ley”, señala el académico, quien adelantó que, debido a los casos de ataques a lobos marinos que se han podido constatar en el último tiempo, Sernapesca podría presentar una demanda a la Fiscalía. “Como Universidad San Sebastián seguimos haciendo un llamado a la población, a informarse, a educar a niños y jóvenes sobre la protección del medioambiente y de los animales silvestres”, precisó el decano USS.

El macho, juvenil, es alimentado manualmente con sardinas y otros pescados aportados por Sernapesca, y está siendo tratado con antibióticos y analgésicos, “además de mucha hidratación”, señala Jorge Leichtle Pizarro, académico USS.

“Su pronóstico es complejo. Al no tener visión no puede reaccionar al medio, ni alimentarse por sí mismo, y el tratamiento que actualmente tiene no es factible de extender en el tiempo. Creemos que su vida podría concluir con eutanasia, se estudiará junto a Sernapesca ya que esa es la entidad a cargo de la tuición de las especies marinas protegidas”, explica el médico veterinario a cargo de los cuidados del animal.

 

 

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