“Guardiana del agua de Valdivia” ofrece visitas guiadas por sendero Lomas del Sol

Silvia Astete invita a conocer el parque Llancahue (a menos de un kilómetro del perímetro urbano de Valdivia, por la salida sur) donde se puede acceder a la flora y fauna nativa en un ecosistema estratégico para esta ciudad, ya que en este lugar nacen los dos esteros desde los cuales se extrae el agua que se bebe en la capital de la Región de Los Ríos.

Si hay un lugar cerca de Valdivia donde uno se puede desconectar es visitando el sendero Lomas del Sol en el parque Llancahue, ubicado a pocos minutos de la capital de la Región de Los Ríos. Literalmente porque en gran parte del recorrido los celulares no tienen señal, por lo tanto el visitante se ve obligado a interactuar discretamente con sus compañeros de ruta, respetando la magia de los sonidos del bosque, impregnándose de los olores amaderados y contemplando añosos árboles y aves como los chucaos cuyos diversos cantos están llenos de significados vernáculos.

A cargo de esta visita está la guía turística de Llancahue,  Silvia Astete, quien se ha transformado en una verdadera “guardiana del agua de Valdivia”. Según cuenta, lo más destacado del recorrido es la naturaleza. “Me encanta proteger el bosque porque me gusta que haya agua suficiente para la gente de la ciudad”, plantea.

Esta iniciativa es parte del proyecto “Rutas Turísticas Diferenciadoras, Autocertificación y Comercialización del Turismo de Base Comunitaria en la Región de Los Ríos Trawun 2.0”, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo Regional, y es ejecutado por el Centro Transdisciplinario de Estudios Ambientales y Desarrollo Sostenible (CEAM), de la Universidad Austral de Chile, en conjunto con las 51 iniciativas y organizaciones que forman parte del Programa de Turismo de Base Comunitaria, Economía Solidaria y Desarrollo de Base Local.

Para el investigador del CEAM/TESES UACh y Director del proyecto FIC Trawun 2.0, Christian Henríquez, “así como hay guardianas de semilla, aquí estamos frente a una guardiana del agua y todo lo que ello conlleva. Silvia es una guía local autodidacta que sin octavo básico aún lucha por trabajo y una mejor calidad de vida”.

Una mañana de aire puro y naturaleza

Una mañana de sábado nos esperaba en su sencilla casa de madera Silvia, en cuyo comedor recibió al grupo con un desayuno que incluyó sopaipillas recién fritas con pebre, huevo revuelto de campo -de las gallinas que merodeaban por el lugar- y mate para despertar los sentidos en un espacio de pequeñas ventanas y poca luz, con paredes de tablas pintadas de color verde agua y donde pareciera que el tiempo se detuvo. Mudos testigos eran una plancha de fierro y tres antiguos despertadores redondos a cuerda detenidos en horas diferentes.

Tras el contundente desayuno el grupo observó los árboles de pera, guinda y manzana para luego subir por un pequeño cerro en busca de una cascada ubicada en el predio de la guía. En el camino aparecieron frutillas silvestres iluminadas por potentes rayos de un esquivo sol primaveral, plantas de calafate, enormes matas de quilas y los dos perros de la casa que acompañaron a los turistas durante todo el recorrido.

A la vuelta, el grupo pasó por la casa y enfiló hacia la entrada del Sendero Lomas del Sol donde se optó por el recorrido más largo que duró tres horas. Se recomienda colocarse los calcetines sobre los pantalones para evitar que las sanguijuelas trepen y hagan las faenas que casi todo el mundo conoce. Al menos es lo que dicen quienes frecuentan el bosque.

Al ingresar al sendero pasó una bandada de choroyes mientras en el camino se desplazaba animadamente un grupo de visitantes de la tercera edad que venían desde Valdivia.

La ruta

Se inicia en el camino público a Lomas del Sol e incluye un recorrido de 2,5 kilómetros donde se pueden observar exuberantes bosques dominados por coihues y el estero Llancahue. Aquí se pueden identificar especies como el coihue, el olivillo y la tepa, apreciando también los grandes árboles como hábitats de las comunidades de aves, insectos y otras formas de vida que habitan el sector y, finalmente, entender la relevancia de los bosques en el proceso de producción de agua. Es importante constatar además cómo el mal uso de este recurso por parte del hombre ha ocasionado la desaparición de bosques en algunos sectores de la cuenca, dominados hoy por grandes quilantos.

Un segundo tramo en el recorrido de esta ruta patrimonial comienza por la parte media de la cuenca, hasta llegar al punto de inicio de la ruta, completando 2,3 kilómetros que incluyen lugares de interés. En el recorrido es posible apreciar bosques antiguos donde se observan enormes árboles de olivillo, ulmo y laurel.

Recorrido que conmueve

Durante el recorrido se aprecian innumerables especies endémicas, características del bosque lluvioso valdiviano, que permite el desarrollo de una gran variedad de helechos, musgos, líquenes, hongos y muchas especies de fauna donde, sin lugar a dudas, las aves le entregan una agradable música para hacer aún más placentera la caminata.

Hay ocho estaciones en total. Destaca la número 2 dedicada al gran coigüe, árbol perenne que crece en el centro y sur de Chile, entre la VI y la XII regiones. En verdad conmueven los enormes coigües (Nothofagus dombeyi) con una apariencia de más de 500 años.

La estación 4 no deja a nadie indiferente: se llama La Guarida del Puma. Esto porque el Puma concolor es el mayor felino americano y en un árbol es posible ver un hueco en el que residiría.  El texto descriptivo relata: “Cuenta la leyenda que a un habitante del lugar, llamado Juan, le robaron de su parcela durante la noche una oveja. Sus perros ladraron y al percatarse de que era un puma, comenzaron la persecución entre medio del bosque. Mientras tanto, el puma corría desesperado con su presa a cuesta, escapando de los canes; al ver que lo venían alcanzando encontró un árbol hueco por donde escabullirse y se escondió con su presa en silencio. Los perros despistados pasaron de largo y nunca lo encontraron. Fue entonces que al otro día encontraron rastros de su estadía en ese árbol. Se dice que era una hembra de puma y necesitaba alimentar a sus críos que estaban cerro arriba”.

También hay estaciones dedicadas a la enorme variedad de ranas y al antiguo oficio del carbón fabricado con madera que aún permanece en la zona.

La estación 8 está dedicada al “Agua del Bosque”. En ella se menciona que el bosque es utilizado para el estudio hidrológico y la relación  que existe entre el bosque y el agua. Este trabajo ha sido realizado por profesores e investigadores de la Facultad de Ciencias UACh.

Patrimonio desconocido

“Creo que la experiencia comunitaria en Llancahue ayudó a darme cuenta de esas frágiles historias de vida, que son relevantes o fundamentales para sostener la vida de las comunidades y literalmente también nuestra propia vida, cuando hoy necesitamos beber agua en la ciudad”, comenta el guía turístico Juan C. Castaing.

Castaing opina que “a veces los mismos habitantes de Valdivia desconocemos esos patrimonios elementales, protegidos por familias que han vivido ahí por generaciones y que muy pocos han tenido la suerte de conocer. En este lugar estamos hablando del vulnerable origen del agua que consumimos diariamente y de la vida de nuestro bosque; un legado valiosísimo protegido por esta comunidad para todos nosotros”.

La integrante del equipo Trawun, Ángela Bless, sostiene que “no hay que ir tan lejos para poder disfrutar de una experiencia única y llena de vida. El sendero por el bosque Llancahue es apto para niños, adolescentes y hasta adultos mayores. Todos puedan sentir el aire puro, escuchar los pajaritos cantando, probar el agua recién saliendo de la vertiente y observar la intensa fauna de la selva valdiviana que en sus colores, olores y formas no deja de sorprender”.

Reservas

Quienes deseen visitar el sendero “tienen que llamar a mi número (+56981288571). Si tengo el celular apagado igual queda el mensaje y pueden venir al sector”, explica Silvia Astete. El guiado tiene un valor de $2.000 por persona y el desayuno cuesta $3.000. Contactar con anticipación (mínimo una semana o dos). La invitación de la guía es a que “se sientan cómodos aquí y reciban todo el aire del campo”.

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