La Noche Valdiviana se posiciona como destino turístico preferido para despedir el verano en el sur de Chile

“Festejar y despedir el verano”, mencionó el alcalde Omar Sabat, ese es el objetivo de la Noche Valdiviana, que este año entró en su versión 102 en la capital de la Región de Los Ríos. Una fiesta única a nivel nacional que tiene como escenario principal el río Calle Calle, el cual este sábado para sorpresa de todos, tenía como telón de fondo una gran luna que se bañaba cubierta de un intenso color amarillo.

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No sabemos que fue más emocionante durante el espectáculo: si esta luna o las coloridas embarcaciones que desfilaron en el ya tradicional Corso Fluvial. Todos querían ser parte del festejo, que como es habitual se celebra la última semana de febrero en Valdivia, no por nada llegaron más de 200 mil visitantes este año, que coincidió con los resultados entregados por la encuesta Barómetro, que posicionan a la Perla del Sur, como el mejor lugar de Chile para vivir y visitar.

“Hemos hecho un trabajo de bastantes meses de dedicación, no solo para la Noche Valdiviana, sino para tener un buen verano y poder recibir a los turistas. Tuvimos un mes bien lento que fue enero, pero en febrero hubo un repunte de turistas y eso es algo que ha pasado en distintas ciudades de Chile. Pero nosotros seguiremos trabajando en esta ciudad, que fue catalogada como la mejor para vivir”, señaló ante la prensa días atrás, el alcalde Omar Sabat, al presentar el programa del espectáculo.

Una nominación que cautiva y aumenta el número de turistas que llegan aquí para conocer  la belleza de Valdivia, su ambiente cultural y su tradición cervecera, que durante el último fin de semana de febrero, se ve enriquecida con las numerosas apariciones engalanadas y diversos espectáculos sobre el río.

El Municipio fijó a las 20 horas el comienzo de la jornada, con la presentación del show “KEM”, en el que en una plataforma movible sobre el Calle Calle, populares bailarines de axé de la televisión chilena, motivaban a los asistentes que recién estaban llegando a la costanera de Valdivia.

Aparcando en plazas y parques, los autos buscaban dónde poder estacionar, en el que cualquier terreno vacío servía, llegando a costar cinco mil pesos, aproximadamente, el estacionamiento por el par de horas que duraba el evento. Luego, venía la difícil tarea de encontrar una ubicación medianamente decente para ver el espectáculo. La Municipalidad había regalado entradas con acceso privilegiado y se podía ver a mucha gente pidiendo pasar al perímetro que el mismo municipio había cercado a orillas del Calle Calle.

Una oleada de vendedores ambulantes componían el paisaje festivalero. Se podía apreciar, sin duda, un número mucho mayor a versiones anteriores. Abundaba la venta de  completos, choclos, anticuchos, pizzas, mote con huesillos, empanadas, como también, ropa y artesanía. Además, por todas partes aparecían un sinfín de personajes y performances: bailarines, malabaristas, estatuas humanas, humoristas, cantantes, todos quienes esperaban pacientes su turno para mostrar su trabajo en los efímeros escenarios que iban apareciendo. Las familias eran las que más disfrutaban de sus shows.

Pasadas las 22 horas, comenzó la obertura del espectáculo, organizado por la Municipalidad de Valdivia, responsable, como cada año, de la fabricación del Corso de la Reina de Los Ríos. Coronación que recayó este 2019 sobre la valdiviana, María Ignacia Croquevielle, quien junto a su corte de Honor inició el desfile frente a las autoridades a la altura de la calle Carlos Anwandter. Recorrido que fue reubicado, debido a los actuales trabajos de remodelación de la costanera, y llegó finalmente hasta el terminal de buses de Valdivia.

A pesar de la singular creatividad de las treinta embarcaciones engalanadas, el desfile fue particularmente lento, viéndose empañado por el desfase de las apariciones de los barcos en el río con la presentación en vivo que realizaba el animador de la noche.

Por su parte, las treinta y cinco embarcaciones de turismo autorizadas para navegar, debieron por disposición de la Armada, embarcar a los pasajeros hasta las 20 horas,  quienes debieron esperar más de dos horas arriba de los barcos para el zarpe, lo que provocó la molestia de los turistas.

Sin embargo, a pesar de la descoordinación, los fuegos artificiales cerraron la noche con un brillante espectáculo de 20 minutos, los que fueron ubicados en la ribera de la Universidad Austral, Asenav y el puente Calle Calle. Y tres luminosas cascadas sacaron aplausos en el público.

—“Para este evento son distintos servicios públicos los que están colaborando durante mucho tiempo y que nos ayudan a mantener el orden y la seguridad. Hay que destacar que las organizaciones comunitarias están siempre presentando embarcaciones y las empresas y los gremios están siempre celebrando la Noche Valdiviana”, puntualizó Omar Sabat.

Ganadores 2019

La gran ganadora de la noche en la categoría Embarcación Mayor Tipo A es decir con 14 metros de eslora, en la que hubo dos participantes, fue la nave Iorana de la empresa Kunstmann. En la sección, Embarcación Mayor Tipo B, el primer lugar fue para La Esmeralda (Liceo Industrial Valdivia); segundo lugar para Antártida Chilena (Junta de Vecinos Miraflores) y el tercer lugar para Aquaman (Agrupación Juvenil de Niebla). El premio a la creatividad fue para Dragon Ball de la Junta de Vecinos Di Biaggio.

Con once participantes, el ganador en las embarcaciones medianas —de ocho a trece metros de eslora—, fue Flora, la Reina Avispa de Corral (comuna que presentó nueve embarcaciones en total); en segundo lugar, Los Balseros del Calle Calle (Club de Amigos Flor del Prado de Collico); y tercer lugar, Cristo Redentor (Grupo Cultural Los Colores). El premio a la creatividad fue para el divertido Freddy Turbina de María Ávila Ruz.

En la categoría menores, de dos a siete metros de eslora, y con siete embarcaciones participantes, el premio lo obtuvo Triceraptops (Yesenia Gatica), en un segundo lugar, Fantasía Marina en Los Ríos (Richard Velásquez) y tercer lugar, Chimuelo (Manuel Pitrullanca). El premio a la creatividad quedó para El Matapiojo Asesino de Alejandra González.

Con ocho participantes en los artefactos náuticos sin mínimo ni máximo de eslora, el primer lugar fue para El Oso Polar en Valdivia (Héctor Pacheco), segundo lugar; Lafken Mapu Libre (Colectivo Defensa del Lafquenche) y tercer lugar para Chespirito de Trinidad Contreras.

Opiniones divididas

En total, los valdivianos quedaron más disconformes que los turistas. “Hubo mucho más gente y comercio que años anteriores. Pero quizás fue una impresión, ya que la costanera está en remodelación y las personas se tendían a concentrar en el Péndulo (de Foucault).  Al comienzo el show de los barcos fue un poco lento y estaba a destiempo con la presentación del animador. Sin embargo, la puesta en escena fue linda, ya que las embarcaciones y los fuegos artificiales decoraron la noche”, comentó tras el festejo, la estudiante Fernanda Uribe (22).  

Una sensación positiva tuvo el turista alemán, Jörg Savioli, quién quedó impresionado con el evento: “Fue bueno, me gustó.  El recorrido fluvial fue lindo, las obras temáticas en los barcos creativa y amplia, me sorprendió cómo se engancharon para montarlas tan bonitas, con tantos detalles y enormes.

No sé exactamente cómo funcionó entre trabajo voluntario y profesional, algunos fueron de la industria, claro, como Kunstmann. En mi ciudad (Saarbrücken) tenemos una fiesta similar, “Espectáculo en el Saar” (nombre del río). Prefiero la Noche Valdiviana: el origen histórico es interesante, y los botes temáticos no los hacen en mi ciudad. Encontré los fuegos artificiales muy bonitos, con efectos muy buenos”, sostuvo a Sur Actual. 

Fotografías: Maite Bustamante

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