La importancia de la actividad física sobre la salud: una tarea de todos

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Necesitamos de una transformación educativa, cultural y política que favorezca participativamente el acceso al conocimiento teórico-práctico y la reflexión crítica sistemática sobre nuestra salud.

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E. SandovalComo cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante el presente mes, celebra y conmemora 2 eventos de enorme relevancia en el campo de la salud pública. El 06 de abril se celebra el Día Mundial de la Actividad Física y el 07 de abril, el Día Mundial de la Salud, destacando el interés y compromiso de las naciones por promover sistemáticamente la actividad física como un factor protector de enorme relevancia para la protección de nuestra salud. Por actividad física se entiende todas aquellas actividades que involucren y estimulen el movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, que lleva consigo un consumo de energía, por sobre el metabolismo basal. La intensidad y frecuencia con que se desarrolle la actividad física, depende y varía según las necesidades y/o características de las personas (edad, peso, actividad ocupacional, condición de salud, etc.). Como ejemplos de actividad física, podemos mencionar: caminar a paso ligero, bailar, andar en bicicleta, nadar, correr, subir escaleras, etc.

La realidad sanitaria mundial es preocupante en términos de nuestra salud física y nutricional, puesto que de acuerdo a la OMS (2008) se estimaban unos 347 millones de personas, en todo el mundo, las que tenían diabetes, enfermedad cuya prevalencia va en aumento, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos. En este mismo ámbito, durante el 2012, esta enfermedad fue la causa directa de unos 1,5 millones de defunciones, de las que más del 80 % se produjo en países de ingresos bajos y medianos (entre los que se encuentra Chile). Más aún, según las previsiones de la OMS, la diabetes será la séptima causa de defunción para 2030.

En nuestro país, las cifras no son para nada alentadoras, puesto que de acuerdo a la OPS (2015) Chile ocupa el primer lugar en Sudamérica, con un 27,8 % de obesidad en la población (32,3 % y 23,3 % para mujeres y hombres, respectivamente). Asimismo, de acuerdo a las estimaciones del Ministerio de Salud, se señala que el 34 % de los niños chilenos menores de seis años padece obesidad o sobrepeso (es decir, el 10 por ciento de los niños es obeso y el 24 % restante, tiene sobrepeso). Al respecto, vale la pena reflexionar en torno al impacto que han tenido o no las diversas reformas sanitarias, educacionales y/o culturales que Chile ha generado (Elige Vivir Sano, Quioscos saludables en los establecimientos educacionales; Ley del Tabaco; rotulación de los alimentos, etc.), para responder a este problema de salud mundial que genera enormes consecuencias sobre la salud de las personas. Junto a ello, es importante recalcar que ninguna de las reformas implantadas son suficientes para responder efectivamente a estas problemáticas.

Al contrario, creemos necesario y tremendamente relevante que como ciudadanos podamos reflexionar y transformar nuestros estilos de vida, aumentando nuestra conciencia y compromiso individual, acerca de cómo nos alimentamos y/o de las acciones que desplegamos para proteger nuestra salud. Por ejemplo ¿Cuántas veces a la semana, practica y/o realiza actividad física recreativa? ¿Cómo se alimenta y que alimentos usualmente consume? ¿Es fumador? ¿Con qué frecuencia consume alcohol? ¿Se realiza anualmente un chequeo médico preventivo? ¿Cuánto invierte, anualmente en aspectos ligados a la protección de su salud? ¿De qué manera aprovecha y utiliza las áreas verdes disponibles en nuestra ciudad? ¿Qué cambios está dispuesto a realizar para mejorar e incorporar un estilo de vida saludable?

Paradójicamente, nos parece relevante señalar que existe bastante consenso en el campo científico respecto a que 30 minutos de actividad física recreativa (de intensidad leve a moderada, tales como caminar, andar en bicicleta, trotar, subir escaleras, etc.) durante 3-4 veces a la semana, pueden marcar la diferencia  entre la vida o la muerte, para proteger la salud, puesto que entrega múltiples beneficios, tales como: reduce el riesgo de aparición de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, hipertensión arterial, obesidad, etc.), mejora la salud ósea funcional, contribuye al equilibrio calórico y el control de peso; fortalece y protege la salud mental (a través de la liberación de endorfinas), etc. Y Ud. ¿Qué cambio está dispuesto a realizar, en su rutina diaria, para proteger su salud?

Finalmente, reiteramos el llamado a la concientización y ejecución de acciones individuales / grupales y/o comunitarias concretas que contribuyan a incentivar la actividad física en sus contextos de origen, potenciando la construcción de una perspectiva holística, en la promoción de la actividad física y la salud que no se reduzca a la oferta esporádica de actividad física o el desarrollo de otra estrategia sanitaria aislada de promoción. Necesitamos de una transformación educativa, cultural y política que favorezca participativamente el acceso al conocimiento teórico-práctico y la reflexión crítica sistemática sobre nuestra salud. Ciertamente, el desafío es de tod@s.

[1] Psicólogo. Postítulo en Sexualidad y Afectividad (U. de Chile). Diplomado en Docencia Universitaria. Diplomado en Salud Familiar (U. de Chile). Magíster en Educación, Mención Políticas y Gestión Educativas. Doctor © en Ciencias Humanas, UACH.

Correspondencia a: eduardo.sandoval@correo.udc.es  

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