Calidad, la gran ausente en el tránsito desde la Educación municipal hacia la Agencia Local de Administración. Por diputado Bernardo Berger

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Es urgente Calidad en los contenidos educativos; contenidos en la formación valórica, ética y moral. Educación competitiva y diversa

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Dip_Berger_Calidad era el eje de las demandas en Educación. A casi tres años del actual gobierno y 10 desde la Revolución Pingüina, ésta ha sido la gran ausente. En su lugar, el acento se ha puesto en la intervención estatal a las formas de propiedad y financiamiento; en una gratuidad superior que terminó siendo no más que una ampliación de becas; y ahora, en la forma de administración desde los municipios hacia la Agencia Local de Educación.

La Agencia podría ser clave para elevar la eficiencia en la entrega, salvando así las actuales debilidades evidentes de equidad. Sin embargo, hay que recordar que han sido precisamente los municipios quienes han evitado hasta ahora el fracaso del sistema asumiendo subsidiariamente el rol del Estado para cubrir los mayores gastos de un sistema de aporte por asistencia que no alcanza, y que ha terminado generando enormes déficits que tienen a comunas en una verdadera quiebra técnica.

De ahí que la propuesta de la Agencia local es bienvenida. Pero no basta con sólo contemplar una buena orgánica de administración. Es aún más importante  elaborar políticas educacionales que apunten a perseguir la manoseada Calidad de la que poco o nada se ha hecho. Y en el proyecto tampoco se vislumbra que aquello vaya a cambiar.

Es urgente Calidad en los contenidos educativos; contenidos en la formación valórica, ética y moral. Educación competitiva y diversa. Educación integral en la mirada formativa de la persona, la participación en sociedad y su responsabilidad con el medio. Educación que sin eliminar los avances, ayude a revertir el desapego valórico y social; a revertir la carencia de respeto por el prójimo que ha terminado propiciando el vandalismo y la infiltración en las aulas de grupos doctrinarios que alejan, y se alejan, del concepto integral de calidad educativa.

No obstante el aporte que podría hacer la Agencia, existen vacíos y reparos que es necesario despejar: Claridad en el costo real para el erario fiscal de su implementación. Claridad sobre la dotación humana de cada Agencia local y el número de trabajadores actuales. Claridad sobre los concursos públicos para postular llegado el momento. Y claridad respecto de las condiciones de salida para quienes hoy trabajan en la educación municipal y que seguramente tendrán que abandonar. Para ellos al menos se espera una salida digna que reconozca sus años de servicio.

Obviar estas interrogantes sería  como estar firmando un cheque en blanco, y ni los tiempos ni las confianzas ciudadanas están hoy en día para eso.

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