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El desafío transversal que debe inquietar a todo el espectro partidario para estas elecciones es cómo derrotar la abstención ciudadana y devolverle credibilidad a la cuestión pública.
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Esta semana la Cámara de Diputados aprobó dos proyectos de quien suscribe, para empoderar a los ciudadanos en cómo se invierten los recursos públicos en dos programas: el Fondo Regional de Iniciativa Local (FRIL) y el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) elaborados con el aporte de los consejos comunales de la Sociedad Civil, del señor intendente de Los Ríos, de nuestros consejeros regionales y las municipalidades.
Es una noticia que da cuenta de la demanda de un desarrollo que debe partir necesaria e ineludiblemente desde las comunas y los municipios, primera ventana de acogida de las necesidades y problemas de las familias; mundo que desgraciadamente ha debido sufrir 20 años de postergaciones por normas y traspasos de obligaciones que los han atado de manos, con mucha tarea asignada, pero sin capacidad de resolver autónomamente.
A propósito de ello y a la cercanía de las elecciones municipales, los futuros alcaldes y concejales que resulten ganadores se encontrarán con un escenario nuevo en lo legal, cambios destinados en parte a reparar el abandono en que estuvieron las municipalidades y quienes trabajan en ellas, pero también dotarlos de mayores atribuciones como la readecuación de sus plantas para que respondan precisamente a la realidad de cada comuna.
Pero también hay otro paquete de medidas ya vigentes para recuperar la probidad y la transparencia en el actuar político edilicio, actuar que ante tanto escándalo de corrupción –sumado al desencanto generalizado de la praxis política, podría ser el principal conspirador de la participación el próximo 23 de octubre.
Por eso el desafío transversal que debe inquietar a todo el espectro partidario para estas elecciones es cómo derrotar la abstención ciudadana y devolverle credibilidad a la cuestión pública. Desde el Congreso hemos hecho nuestra parte con una serie de modificaciones que fortalecen el control efectivo y que amplían la responsabilidad administrativa de alcaldes y concejales incluso después de dejar el cargo, nuevas causales de destitución –por ejemplo, por el incumplimiento de pagos previsionales a los funcionarios-, la comparecencia vinculante de directores y jefaturas municipales para rendir cuenta ante el concejo, y otras más obvias pero que no estaban hasta hoy, como la condición de al menos tener cuarto medio para aspirar a un cargo edilicio.
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