Ciclo de Talleres de Gestión del Patrimonio pone énfasis en la detección temprana de plagas en construcciones patrimoniales de madera

Representantes de Museos, Consejo de Monumentos, Arquitectura del MOP y particulares que tienen a su haber material o inmuebles patrimoniales de la Región de Los Lagos se dieron cita en Puerto Montt para obtener herramientas que permitan enfrentar deterioros del patrimonio.

El Taller Detección Temprana de Plagas fue una actividad realizada en el marco de los Ciclos de Talleres de Gestión Local del Patrimonio que lleva adelante el Departamento de Patrimonio Cultural del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA)  y en este caso en asociación con el Centro Nacional de Conservación y Restauración (CNCR). El curso estuvo orientado a capacitar a 30 personas sobre los principales organismos y factores ambientales que están involucrados en el biodeteriorio del Patrimonio Cultural Material, reconociendo los marcadores o signos que permiten un diagnóstico oportuno de agentes infecciosos que afectan los materiales. El énfasis estuvo orientado a los requerimientos de las comunidades locales que deben combatir con plagas que aquejan los bienes patrimoniales de madera, casas, iglesias y colecciones, que son comunes en la región y que son parte una cultura de la madera.

 

Durante dos días los participantes de distintas comunas de la región de Los Lagos, pertenecientes a instituciones como museos, servicios públicos, comunidades de iglesias, artesanos, carpinteros, arquitectos e investigadores  relacionados a la protección y puesta en valor de los bienes patrimoniales, tuvieron la oportunidad de conocer los factores que afectan el patrimonio, así como las medidas necesarias para su combate. La capacitación  realizada en Puerto Montt estuvo a cargo de Fernanda Espinosa, jefa del Laboratorio de Análisis del CNCR. Al mismo tiempo se efectuó un trabajo en terreno en el sector de Chamiza, donde los participantes pudieron reconocer in situ marcadores del biodeterioro tanto en la Iglesia Luterana que se visitó, como un inmueble familiar en estado de restauración.

Espinosa, bióloga ambiental del Centro Nacional de Conservación y Restauración de la Dibam, aseguró que “es superprovechoso este tipo de cursos, porque es gente que viene por la necesidad o han detectado el problema de plagas, siempre es grato estar con este público con gente que quiere venir a aprender y que va a ir aplicar directamente los conocimientos, por lo que fue una muy buena experiencia. Falta mucho que hacer sobretodo en estas zonas donde tenemos mucha madera, debemos prevenir y controlar, pero primero generar conciencia y ya con este curso se ha dado un gran paso logrado porque nace desde la ciudadanía.”

Mientras que Maritza Lobos, arquitecta de la oficina técnica provincial de Chiloé del Consejo de Monumentos Nacionales, explicó que las plagas son parte del trabajo que desarrollan en las iglesias patrimoniales, “nosotros tenemos varias plagas en las iglesias de Chiloé, se han hecho algunos tratamientos xilófagos, por lo que era muy importante establecer los procedimientos y sobre lo que tenemos que hacer en cuanto a prevención. El taller muy interesante, quedamos con ganas de conocer mucho más. Nosotros estamos en campaña de prevención y lograr diagnósticos oportunos”.

En tanto que en representación del Colegio de Arquitectos, estuvo Gian Piero Cherubini, arquitecto experto en arquitectura del paisaje, quien ha realizado múltiples investigaciones en cuanto al patrimonio de la región “me parece excelente este taller pues tendemos a creer que la madera por ser considerado un material menor dentro de la legislación es también un material poco valioso que tiene un principio y un fin, pero aquí hemos visto cómo podemos alargar su vida para conservar las construcciones antiguas que eviten ser desarmadas. Existen métodos que aplicados oportunamente y de manera adecuada podemos preservar las construcciones patrimoniales de la región que es uno de nuestros problemas. Hay distintos tipos de deterioros en la mayoría de los inmuebles, el principal problema es el abandono de las construcciones. Debemos conservar nuestra historia, nuestras construcciones, nuestra memoria que está en  el patrimonio de la región que hablan de una manera de ocupar y de construir nuestro territorio”.

Finalmente, Alejandro Zegers, Párraco luterano de Chamiza comentó que “estuvimos en la iglesia luterana levantada en 1936 en el valle de Chamiza, la que representa todos los esfuerzos de los colonos para mantener la fe y tener una instancia de reunión, un lugar que actuó como centro social, cuando incluso se estaba aislados, no habían caminos, se debía navegar. El taller fue práctico, entretenido, fácil de entender y aplicable a nuestro territorio. En la visita pudimos comprobar cuál es el agente infeccioso que tenemos en la iglesia y dentro del pesimismo que había sobre el grado de afectación, nos permite hoy actuar con esta información para planear qué hacer para enfrentar las plagas y este taller ha sido valiosísimo en esto”

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