Marco Ide se reúne con artesanas de la costa para apoyar la difusión social del oficio de las mujeres

La Agrupación Cultural Social Artesanal Bordadoras Miramar de Niebla nace en el 2007 y hoy son nueve mujeres que cada martes, en una sala multiuso cedida por la iglesia del Obispado,  construyen nuevos imaginarios femeninos sobre arpilleras. 

Este martes el dirigente Marco Ide Mayorga ―presidente de la Federación Interregional de Pescadores Artesanales del Sur (FIPASUR) y actual candidato a Consejero Regional por el Distrito 24 de Los Ríos―, junto con las bordadoras Miramar de Niebla se han reunido para conversar sobre los nuevos idearios de las mujeres de la costa y su aporte a la comunidad. 

Uberlinda Parra Parra es integrante de la agrupación, se presenta y aprovecha de bromear con que es familiar de la mismísima Violeta Parra. “Y borda como ella”, dice entre risas Sylvia Yañez, la presidenta. Más allá está Gladys Oñate y,  a su lado, Raquel Barrientos, la tesorera. 

―Me gusta mucho trabajar aquí, vivo en Valdivia, pero trabajo con ellas porque me encanta el Mar, no por eso dejo venir todas las semanas, admite Raquel y, entre ellas, reconocen con humildad que “todas bordan bonito”. 

Teresa Garrido era de Paillaco, pero llegó a Niebla y hace 15 años está en el taller.  Su papá vino buscando trabajo y se puso a trabajar en el mar. Sin embargo, admiten que ya no es como otros tiempos, hoy cuesta poder vivir de él. 

A pesar de eso, estas esposas de pescadores rescatan la cultura material e inmaterial de la costa y se sienten orgullosas de que su trabajo sea valorado y sus bordados tengan que viajar  constantemente. Incluso, uno de ellos está en manos de la presidenta Michelle Bachelet. 

―Cada vez que viajamos estamos mostrando dónde vivimos y el patrimonio material e inmaterial de la zona costera. Mucha gente no conoce lo que es una cosecha de locos, las arpilleras, la fiesta de San Pedro, entre otras cosas que estamos rescatando, admite Sylvia, quien además hace clases de lanigrafía. 

Raquel, por ejemplo,  dice que el primer cuadro que vendió se fue a Canadá y lo compró un biólogo marino. Sus temáticas a la hora de bordar son los pescadores, pero también cada espacio de Niebla. 

Pese a su aporte, deben postular a fondos de Gobierno para poder financiar y mantener, entre otras cosas,  materiales como la lana y el género. Pero actualmente lo que más les preocupa es poder tener un espacio donde montar un taller de trabajo, ya que el que es ocupan es cedido por la iglesia. Hoy el 10 % de sus ventas es para el taller. 

―Ellas quieren tener más socias, pero el espacio las limita, dice el dirigente Marcos Ide. “Queremos un lugar para enseñar y mostrar nuestro trabajo. Nos gustaría una sala cultural”, comenta Sylvia, por eso apoyan también la posibilidad de poder convertirse comuna. 

―Para esto se necesita un consejero que sea de la costa. Lo que ellas hacen es muy interesante y por eso siempre lo hemos destacado. Llevamos un cuadro de las bordadoras a nuestra presidenta Michelle Bachelet y al subsecretario de pesca hace algunos años atrás. Ellas rescatan las tradiciones del sector pesquero artesanal, se han especializado y están capacitadas para enseñar a otras personas permitiendo que este arte tan bonito no se pierda”, destaca el actual candidato. 

Mientras intentan conseguir su propósito de un lugar propio, muchas de las mujeres que han pasado por aquí han debido abandonar el oficio por enfermedades músculo- esqueléticas producto de los movimientos repetitivos durante el bordado y problemas de la vista, cuentan las mujeres. 

―Necesitamos apoyarlas, dice Ide― no sólo con el espacio que ellas necesitan, también a través del Fondo de Cultura con la ejecución de proyectos que permitan perpetuar el legado que es parte del  patrimonio cultural de nuestra región, finaliza. 

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