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Esta problemática que antes quedaba a discreción de los familiares al interior del hogar, es hoy un problema público que se ha colado a la fuerza en la agenda política.

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Hoy 25 de noviembre, fecha en que conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, lo hacemos con profunda tristeza, Chile es un país que a pesar de los esfuerzos en materia de equidad de género no ha logrado disminuir la violencia contra la mujer, ya sea esta en su forma extrema como el maltrato físico o la violencia sexual; o la vinculada en sus ámbitos de relación, tales como la violencia familiar, violencia laboral o violencia institucional.

Lamentablemente, este año ha recrudecido la violencia femicida y a la fecha son 37 mujeres las que perdieron la vida, donde la última víctima fue la valdiviana Karina Uribe, quien perdió la vida hace menos de una semana a manos de su pareja, todo esto nos deja claro que en el juego de las relaciones de poder son los hombres quienes aún ejercen control sobre la vida y muerte de las mujeres, como si fueran objetos inanimados carentes de valor y voluntad.

Esta problemática que antes quedaba a discreción de los familiares al interior del hogar, es hoy un problema público que se ha colado a la fuerza en la agenda política, y que a pesar de tener evidencia suficiente de lo que significa la violencia contra la mujer, no ha encontrado en todos los sectores políticos la fuerza suficiente para avanzar en medidas punitivas que sancionen estos crímenes, sabemos que el daño es irreparable, pero mientras no logremos que este deje de ser un tema solo de mujeres, y pase a ser realmente un tema de Estado, continuaremos con una legislación pobre que sanciona débilmente estos delitos.

En el Gobierno de nuestra Presidenta Michelle Bachelet hemos avanzado hacia una mayor cobertura en cuanto a las casas de acogida para las mujeres víctimas de violencia, hemos logrado un derecho que se nos había quitado en dictadura, como lo es el derecho a la interrupción del embarazo en casos extremos, y logramos una ley de cuotas que busca equiparar la participación de las mujeres en el mundo político, pero aun no es suficiente, aún descansan en el congreso una serie de proyectos, debido a la falta de voluntad política de un sector conservador, que ha entrampado la discusión de proyectos relevantes para nosotras las mujeres, tales como el de acoso sexual callejero, delito que hoy no es tipificado por la ley, los de violencia obstétrica, y el emblemático proyecto que nuestra presidenta presento el 25 de noviembre pasado, por el derecho de vivir en un país sin violencia contra las mujeres.

Es por ello que para mí, como para tantas otras mujeres que hoy ocupamos cargos de representación popular, es tan importante la continuidad de estas ideas fuerza, y de las grandes transformaciones que este gobierno ha impulsado en materias de equidad, e igualdad de género, no podemos depender de las amenazas de un candidato que dice que nos quitara el derecho a decidir, sólo porque a su sector no le acomoda la idea de que las mujeres seamos sujetos de derecho en nuestro país.

Este es nuestro desafío, este es el poder que hoy, nosotras las mujeres tenemos en nuestras manos, que todos los días sean 25 de noviembre, ser parte de una sociedad activa que lucha por sus derechos y que con fuerza dice ¡NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LA MUJER!

Rocío Araya Garay

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