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Se trata de dar el salto desde el espacio de representación gremial social al espacio geopolítico donde se toman las verdaderas decisiones.
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No queremos seguir siendo los huérfanos de una región que focaliza sus intereses en tierra y que no enfrenta las necesidades de pescadores artesanales, familias, niños, jóvenes y adultos mayores de la costa de Los Ríos. Se trata de dar el salto desde el espacio de representación gremial social al espacio geopolítico donde se toman las verdaderas decisiones.
Nos encontramos a días para ejercer el derecho ciudadano a votar y, desde la costa de la Región de Los Ríos, cerramos una campaña para ocupar un lugar representativo en el Consejo Regional, pues quienes la habitamos no podemos impedirnos confiar en el futuro, ser felices y disfrutar de una mayor prosperidad para nuestras vidas.
Son muchas las necesidades de las que hay que hacerse cargo. Para ello, se trata de tomar en serio más que nunca el espacio geopolítico del que somos parte. El hábito de saber decidir políticamente fue denominado por los griegos con la palabra frónesis (prudentia en latín), por lo tanto, a la hora de tomar decisiones se debe tener la prudencia de que vivir en la costa y estar relacionados directamente con el mar, que no es lo mismo que hacerlo en la ciudad, ni en ningún otro lado. Quién más que nosotros mismos conocemos los problemas que nos aquejan en todo ámbito.
Saber operar normativa o prácticamente en el nivel de las decisiones públicas, sociales, gubernamentales, sindicales, de la política como la responsabilidad del ciudadano o la profesión del político es fundamental para otorgar un bienestar real a las comunidades y proteger nuestros territorios, dice el historiador y filósofo, Enrique Dussel.
Actualmente la extensión de la crisis social y política ha dejado instalado en el ambiente un ánimo de pérdida de expectativas de progreso que hay que recobrar. Una fragmentada y estresada sociedad requiere cambios profundos que vayan más allá de una “anémica” propuesta descontextualizada que nos separe; más bien, necesitamos propuestas locales que nos unan, elaboradas por los propios lugareños.
Con más de tres décadas viviendo y trabajando en la costa convivo a diario con los problemas de la pesca artesanal, los problemas de conectividad, transporte, alcantarillado, pavimentación, salud, protección del medioambiente, cultura, entre muchas otras necesidades hiperlocalizadas que nos afectan. Un importante punto es la educación si pensamos en el futuro que queremos.
Sara Jara es hoy la encargada del jardín infantil “Los Lobitos” en Niebla, trabaja en la red de infancia con niños de dos hasta tres años once meses de toda la zona costera hasta Loncoyen. Por fin tienen un profesor de interculturalidad para los 29 niños que copan la capacidad de la institución. “Las familias son un poco transitorias, por temas de trabajo van y vienen”, me relataba hace unos días cuando los visité. La Municipalidad de Valdivia les cede el lugar donde se encuentra emplazado el jardín que necesita ser pintado y ampliado. Además, necesitan contar con juegos infantiles seguros y mejores materiales didácticos.
―Tenemos que entregar mejores herramientas y aprendizajes. Hemos pedido colaboración con el Sindicato de Pescadores El Piojo, ya que a veces nos faltan insumos para trabajar con los niños y ornamentar el jardín que es de la comunidad. Las familias (pescadores, universitarios, profesionales) aportan en el aspecto pedagógico, me contaba Sara.
Selma Hernández es la directora de la única sala cuna de Niebla llamada “Pescadores de sueños”. Y sus problemas son muy parecidos al del jardín infantil de Sara: un espacio reducido que no alcanza a cubrir la alta demanda y entorpece el desarrollo pedagógico.
Problemas de espacio y políticas públicas que comparte también el club del adulto mayor “El Despertar”, quienes se reúnen cada miércoles en una sala que la “Delegación de Niebla” les ha facilitado transitoriamente.
Los Ríos es una de las ocho regiones que está por sobre el promedio nacional de adultos mayores (15,8 %) con un 16,4 %. Para el año 2020 se espera un promedio del 17.3 %, lo cual nos habla de un crecimiento de 6.5 puntos en tan solo 18 años para este grupo de la población.
En la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD) se contempla tangencialmente a adultos mayores en la “Política regional de salud” y dice textual: “considerar el envejecimiento progresivo de la población que conlleva a una creciente carga de patologías degenerativas y cuya atención medica es de alto costo”.
Debemos aglutinar todos los recursos FNDR que se disponen en nuestra región como el “FNDR: Emprendimientos de Mayores” y planificar una política específica e integral que pueda apalancar otros recursos nacionales que contemplen primeramente conversatorios para ver con ellos lo que realmente requieren; programas de fisioterapia grupal, fondos concursables, y lo más importante, centros comunitarios especiales, ya que hoy en día muchos de ellos ―como “El Despertar” de Niebla― están prácticamente hacinados en pequeñas sala que las demás organizaciones sociales o las municipalidades les facilitan.
Lo anterior es solo un ejemplo de que el gasto social debe ser repartido consciente y equilibradamente. Debemos ser capaces de unirnos por el bien común y encontrar soluciones por muy fuerte que sea el temporal. Este domingo la invitación como candidato a consejero regional es a votar: no permitamos que solo unos pocos decidan por nosotros y se repartan lo que es de todos. Nuestro deber democrático no puede quedar soslayado por falta de educación, apatía o frustración. Votar en estas importantes elecciones es un derecho que ejercer y un deber que cumplir de modo responsable. Se trata de elegir con prudencia a nuestras autoridades que tendrán que promover el bien común, es decir, los elegidos tendrán la misión de crear las condiciones políticas, sociales y económicas que hagan posible el desarrollo de nuestras vidas con dignidad. Los habitantes de la costa merecemos igualdad de oportunidades.
¡Basta ya de seguir siendo los huérfanos de la Región de Los Ríos!
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