Investigación indaga en la vida y obra de una de las primeras fotógrafas de Chile  

La figura y producción artística de Frida Boehmwald es el tema de la investigación encabezada por Tanya Wagemann, que contó con el financiamiento del Fondart Regional y que en su etapa final presenta un sitio web y un catálogo impreso.

Durante décadas distintas investigaciones confundieron a Frida Boehmwald con Frida Anwandter Kaiser, ambas de origen valdiviano. No obstante, recientemente se pudo establecer que su verdadero nombre era Frida Blum Niemeyer, nacida en la ciudad en 1886. El acierto es parte de lo arrojado por la investigación ejecutada con financiamiento del Fondart Regional, cuyo objetivo fue estudiar, rescatar, analizar y difundir el patrimonio fotográfico de la ciudad de Valdivia, materializado en la figura de una de las primeras fotógrafas femeninas del país.

El proyecto “Frida B. de Boehmwald: la fotografía valdiviana de inicios del siglo XX a través de un lente de género”, dirigida por Tanya Wagemann y Bárbara Scheel como asistente, contó con la colaboración de diferentes agentes culturales de la Región de Los Ríos y el país.

El estudio se encuentra en su etapa final, considerando para la difusión de sus resultados la plataforma virtual www.fridaboehmwald.cl, sitio web de acceso libre. Asimismo, contará con un catálogo impreso para distribución gratuita en más de 10 bibliotecas públicas y universitarias de Los Ríos y otras regiones, además de instituciones culturales.

“Este proyecto posiciona la figura de Boehmwald, mujer y artista  que a través  de su obra fotográfica, consistente principalmente en retratos, da testimonio y retrata una época vivida en la ciudad de Valdivia, especialmente marcada por los cambios socioculturales y la pujante industrialización”, señala Wagemann.

“Esperamos que a través del largo proceso que sustentó esta labor, su figura cobre nuevamente relevancia en la comunidad valdiviana y en nuestro país. Después de casi un siglo, Frida se posiciona como una fotógrafa profesional de gran importancia social y estética, pues no solamente es poseedora de una mirada particular del retrato familiar, sino es también una pionera de la fotografía en Chile a pesar de todas las limitaciones que existían para el desarrollo profesional de una mujer interesada por las más avanzadas tecnologías visuales en Valdivia a principios del siglo XX”, sostiene la profesional.

Trayectoria

Al iniciar el proyecto en abril de 2017, el equipo y sus colaboradores contaban con información muy escueta sobre la identidad de Frida B. de Boehmwald, y ciertos aspectos comunes o claves entre las fotografías que se identificaron como elementos distintivos en las tomas de esta autora.

Se propuso el título “Frida B. de Boehmwald: La fotografía valdiviana de inicios del siglo XX a través de un lente de género”, ya que abarcaba dos aspectos importantes de lo que se consideró representativo de su figura: el primero de ellos es su relevancia como fotógrafa en Valdivia y su presencia/ausencia en la memoria de la ciudad, y el segundo es un análisis que incluye un enfoque de género, pues debido a la ausencia de estudios y difusión de su figura y su trabajo en investigaciones precedentes, tiene una relación incidental con el hecho de ser una autora mujer, circunstancia que comparte con otras figuras femeninas de la época.

Tras las primeras etapas de recopilación y clasificación de material visual, biográfico y bibliográfico, se realizó a modo de acercamiento a la comunidad y como forma de difusión de la investigación, una campaña que invitó a las familias valdivianas a buscar entre sus retratos familiares fotografías de Boehmwald.

Al consultar los registros de bautismo de las iglesias católicas y luterana en Valdivia, se llegó a la conclusión que Frida no sería Frida Anwandter, sino Frida Blum, dato que llevó al equipo nuevamente al principio de esta pesquisa biográfica. La importancia de su individualización se volvió mayor, pues la bibliografía disponible hasta hoy no contaba con dicha información o era incorrecta. Fue así como, tras la búsqueda exhaustiva en archivos locales y nacionales, junto a la colaboración de las familias que iban encontrando fotografías tomadas por Boehmwald, se advirtió su corpus fotográfico y los registros de su actividad profesional crecieron de unos 10 a casi 30 años de trabajo, en los cuales su lente retrató hasta tres generaciones sucesivas de familias valdivianas.

Frida B. De Böhmwald no sólo fue una de las primeras fotógrafas chilenas, sino también una de las primeras mujeres que trabajó como fotógrafa profesional en el sur de Chile. Ella compartió generación con otros importantes exponentes de la fotografía Valdiviana, tales como Rodolfo Knittel, Erico Volkmann, Adolf Meyer o la familia Valck.

Descendiente de inmigrantes alemanes, sus primeras fotografías fueron tomadas bajo el alero del Estudio Valck, a cargo de Fernando Valck Wiegand, heredero de una importante tradición fotográfica. A los 23 años contrajo matrimonio con Jermán Böhmwald Müller, mismo año en que comenzó a firmar los retratos fotográficos con un distintivo membrete que -a la usanza de la época- incluía el apellido de su marido y la inicial del suyo: Frida B. de Böhmwald. En sus primeros años de carrera sus retratados principales fueron mujeres y niños, a quienes registró con una candidez y naturalidad que identificarían su obra durante toda su trayectoria.

Luego de la muerte de Fernando Valck en 1910, Frida B. de Böhmwald rápidamente se independizó y en 1913 ya contaba con publicidad de su estudio individual en revistas como Austral, publicación de gran relevancia en la época que circulaba desde Concepción hasta Puerto Montt. Por esta publicación, se conoció que su nuevo estudio estuvo ubicado en la calle Yungay, a la altura del lugar donde se encuentra hoy el puente Pedro de Valdivia. Después de 1918 ubicaría su estudio en la calle Pérez Rosales, donde continuaría retratando a generaciones de familias valdivianas hasta 1935, aproximadamente. Con casi 30 años de carrera, al enviudar se trasladaría a Santiago con la familia de su hermana, donde continuó trabajando como fotógrafa casi hasta su muerte, a la edad de 72 años.

Parte de su obra se encuentra hoy resguardada y documentada en los Archivos Fotográficos del Centro Cultural El Austral de Valdivia y el Museo Histórico y Antropológico Mauricio Van der Maele de la Universidad Austral, así como en archivos particulares de familias valdivianas.

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