Trabajo asociativo: una tendencia que empuja a la Región de Los Ríos

Empresarios, organizaciones y barrios comerciales se han sumado a un trabajo colaborativo que les permite acceder a mejores beneficios y a cambios que apuntan al bien común.

Emprender muchas veces lo asociamos a un esfuerzo personal, más que grupal. Esto, en algunos casos, dificulta el camino al éxito y buenos proyectos se desvanecen al verse superados por las grandes empresas. Hoy, gracias a las múltiples instancias de apoyo al trabajo asociativo, muchos microempresarios han decidido dejar de competir con sus vecinos y han buscado agruparse para transformarse en organizaciones más sólidas.

Según las últimas cifras del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, el 85% del total de empresas que pertenecen a la región de Los Ríos, corresponde a microempresas. Si lo comparamos con la realidad nacional, donde las microempresas representan un 75%, estamos varios puntos más arriba de lo que ocurre a nivel país. Es por esto, que muchos empresarios han decidido agruparse, para de esta forma tener más acceso a créditos, poder negociar mejor con sus proveedores y a su vez entregar un mejor producto o servicio.

Es así como en el último tiempo han nacido varias cooperativas en la región, que pertenecen a diversos rubros, pero que se unen bajo el mismo lema: trabajo asociativo. Este es el caso de Acá Comunicaciones, que antes de transformarse en una cooperativa, eran un grupo de profesionales del área de las comunicaciones, que compartían oficina, pero salían cada uno por separado a conquistar su mercado. Fue ahí, cuando se dieron cuenta que si se unían bajo una misma figura legal, podían proyectar una mejor imagen y llegar a mejores clientes. “La boleta de honorarios ya no era suficiente, así que el asociarnos surgió como una necesidad. Desde 2006 trabajamos de esta manera. Somos siete cooperados, donde cada uno se preocupa de áreas diferentes de las comunicaciones, lo que hace que nuestro servicio sea profesionalmente muy completo”, comenta Moira Barrientos, socia de la Acá Comunicaciones, cooperativa que hace dos años está trabajando con el apoyo del programa “Juntos” de Fomento Los Ríos, comité que conforman Corfo y Sercotec en la región.

Las cooperativas lecheras

Al juntar cooperativa con leche, rápidamente se nos viene a la cabeza la imagen de Colun. Una empresa que es destaca a nivel nacional por su modelo de trabajo asociativo, pero no es la única que trabaja de esta forma en la región. Muchos pequeños agricultores, al verse superados por los altos estándares de calidad que exige hoy el mercado, no han tenido otra alternativa que trabajar de manera asociativa con sus vecinos y formar sus propias cooperativas.

Este es el caso de la Cooperativa Nuevo Horizonte, del sector rural del Arrayán en Río Bueno. Estos nueve agricultores decidieron asociarse para poder mejorar su equipamiento y así producir una leche de mejor calidad. Tienen dos años de antigüedad y este es su primer año de trabajo en el programa “Juntos” de Fomento Los Ríos, un instrumento que les permite acceder hasta a 31 millones de pesos anuales, durante tres años. Según comenta Ricardo Gallardo, presidente de la cooperativa, adjudicarse este fondo ha sido clave para el futuro de los agricultores de Nuevo Horizonte. “La verdad es que, de manera independiente, ninguna empresa nos estaría recibiendo leche, pero al estar agrupados la cosa cambia. Hoy, gracias al apoyo de Sercotec, vamos a poder ampliar nuestro centro de acopio, lo que impulsa a todos a hacer un esfuerzo para producir más leche”, cuenta.

Barrios comerciales

La asociatividad no es algo sólo de las cooperativas. En la región tenemos cuatro barrios que se sumaron a un programa de Sercotec, para fortalecer el comercio local y el trabajo asociativo entre los locatarios. Es así como han ido poco a poco limando asperezas y hoy varios piensan más en el futuro del barrio, por sobre el de sus negocios.

Para Simón Pérez, coordinador de planificación de Sercotec Los Ríos, todos los programas que apuntan a apoyar la asociatividad, son fundamentales para el crecimiento económico de la región. “Estos programas invitan a dejar de lado las trincheras individuales, para trabajar por un bien común. Los empresarios se asocian para que el barrio crezca en su conjunto y cuando entienden esto, los beneficios económicos no tardan en llegar. Un claro ejemplo es el Barrio Esmeralda, cuando en el verano saca sus mesas a la calle y el barrio se transforma en una gran terraza compartida”, apunta.

Hoy, muchos empresarios asociados en una cooperativa, un gremio o un barrio comercial, miran la asociatividad como una opción real de crecimiento. En Chile, según datos del Ministerio de Economía, 952 cooperativas están vigentes y activas. Aunque han crecido sobre un 75% en los últimos 6 años, estamos muy por debajo de la tendencia mundial. En Argentina hay más de 13 mil cooperativas, en Francia 21 mil y en Japón 1 de cada 3 familias es cooperativista. Todavía falta mucho para sumarnos a una tendencia mundial de trabajo asociativo, pero en la Región de Los Ríos ya comenzamos a dar los primeros pasos.

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