Certezas para el riego en la agricultura. Por ministro Walker

Para el desarrollo sostenible del sector agrícola en Chile es crucial reconocer el sentido de urgencia que tiene enfrentar los desafíos que nos presenta el cambio climático: escenario que dejó al descubierto la necesidad de incrementar las inversiones en infraestructura para aumentar la superficie y otorgar una mayor seguridad de riego.

El compromiso del presidente Sebastián Piñera es avanzar en un plan de embalses que logre materializar aquellas iniciativas que están aún en desarrollo y, por supuesto, el inicio de nuevas obras tanto para riego como para la generación de energía u otros usos.

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El compromiso del presidente Sebastián Piñera es avanzar en un plan de embalses que logre materializar aquellas iniciativas que están aún en desarrollo y, por supuesto, el inicio de nuevas obras tanto para riego como para la generación de energía u otros usos.

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En este contexto, es de gran relevancia que los agricultores tengan la confianza de que, siguiendo el mandato del presidente de la República, el Ministerio de Agricultura está trabajando estrechamente con su par de Obras Públicas para avanzar en grandes obras de riego, cuya finalidad es aumentar y asegurar la disponibilidad del recurso hídrico en las distintas zonas en que esto se requiere.

Y para ello, de igual manera, es necesario seguir fomentando la tecnificación, ya que permite hacer un uso eficiente del agua disponible. A través de la Comisión Nacional de Riego se promueven este tipo de obras y esperamos que en un esfuerzo público privado la superficie bajo estos sistemas de riego se incremente en alrededor de 15 mil hectáreas por año. Para esto, contamos con un presupuesto anual de más de 70 mil millones de pesos y nos preocupamos de mantener concursos interesantes y atingentes a la realidad regional.

También es necesario fortalecer a las Organizaciones de Usuarios de Aguas para que mantengan el rol protagónico que les otorga la ley en la gestión y administración de las aguas. Estas instituciones son las primeras que comprenden los desafíos que enfrenta el nuevo escenario climático. En este aspecto, estamos estableciendo líneas de trabajo con la Dirección General de Aguas (DGA) y el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP).

Todo lo anterior, requiere contar con la certeza jurídica sobre los derechos de aprovechamiento de aguas, que permita a los agricultores avanzar a pie firme en el desarrollo de sus predios, para el progreso de la fruticultura, la alimentación de ganado, y otros usos.

Con la reforma al Código de Aguas, que se discute actualmente en el Congreso, compartimos algunos de sus objetivos, como son el dar cuenta de los distintos usos del  recurso, asegurar la prioridad del consumo humano, la importancia de los usos ambientales, la relevancia de reconocer la conexión entre aguas superficiales y subterráneas y las necesidades transversalmente reconocidas por los diversos actores. Plantearemos todas las mejoras necesarias, ya que el país necesita un Código muy claro para que el sector agrícola y nuestros agricultores continúen invirtiendo y contribuyendo al desarrollo, pero para hacer todo esto no es necesario afectar la certeza jurídica de los derechos de aprovechamiento de aguas.

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