La CAPE, o Certificación de Ahorros de Proyectos Energéticos, es un mecanismo para determinar y certificar ahorros reales en proyectos que buscan utilizar su energía de manera eficiente. Las empresas que la obtengan podrán validar públicamente sus resultados y demostrar que están mitigando la emisión de gases invernadero, entre otros beneficios.
Debido al aumento de la población mundial y al cambio de nuestra forma de vida al incorporar nuevas tecnologías el consumo energético ha aumentado de manera constante en el tiempo. Mientras en la década de los noventa se utilizaban un poco más de 300 cuatrillones de BTU a nivel mundial, ya para el 2015 esa cifra aumentó a más de 500 cuatrillones de BTU, estimándose que para el 2040 serán 700. En ese contexto, la eficiencia energética juega un rol fundamental para hacer un uso sustentable de los recursos.
Es así como uno de los principales desafíos para proyectos que tengan relación con energía es la correcta determinación de sus resultados energéticos.
La CAPE, o Certificación de Ahorros de Proyectos energéticos, está diseñada para que tanto empresas como instituciones, organismos o similares – que cuenten con proyectos energéticos en sus instalaciones que generen ahorros- puedan validar las reducciones de consumo energético reales. Estos ahorros se determinarán en un periodo de tiempo específico, y deberán contar con información real y verificable.
“La CAPE nace con el objetivo de establecer un mecanismo estándar para el reporte de los resultados de la medición y verificación de proyectos en el ámbito energético y de sustentabilidad, en el contexto de iniciativas implementadas en industrias, edificaciones o establecimientos”, explica Álvaro Soto, Jefe de Línea de Desarrollo de Medición y Verificación de la Agencia de Eficiencia Energética.
Administrada por la Agencia de Eficiencia Energética, esta certificación busca facilitar a los usuarios finales de energía validar, visualizar, valorar y difundir los resultados de sus proyectos energéticos implementados.
Cómo funciona la Certificación
La CAPE está diseñada en base al protocolo internacional IPMVP, y consta de dos etapas obligatorias (Pre-Certificación y Certificación) y una etapa optativa (Extensión de la Certificación). Cuenta con tres actores principales, que son el Cliente (la organización que quiere certificarse), el Evaluador CAPE y la Entidad Administradora.
Es importante mencionar que se entiende como proyecto energético aquel proyecto de eficiencia energética o de energía renovable que reduzca el consumo de energía en sus instalaciones, y que cuente con información real y verificable de consumos energéticos.
De esta forma, en la etapa de PRE-CERTIFICACIÓN se realiza una revisión administrativa y técnica de la metodología de determinación de ahorros del proyecto (Plan de Medición y Verificación); mientras que en el proceso de CERTIFICACIÓN se entrega la evaluación definitiva y validada de los ahorros energéticos, en base a la aplicación de dicho plan.
¿Qué ganan las empresas con esta certificación?
Los beneficios para las organizaciones que certifiquen los resultados de sus proyectos energéticos son variados e importantes. Primero, los resultados pueden ser usados como una estrategia comercial capaz de agregar valor al producto o servicio final, pues está desarrollado bajo un protocolo internacional validado por el mercado.
Segundo, la CAPE determina el impacto real de proyectos que mitigan gases de efecto invernadero, lo que genera un plus para empresas de este tipo. Y de manera adicional, la CAPE ayuda a promover los contratos por desempeño energético, que se basan en financiar proyectos energéticos a partir de los ahorros reales obtenidos.
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