Con más de 2800 hectáreas, esta Área de Alto Valor de Conservación de la empresa Arauco, ubicada en los bosques valdivianos, posee una extensa muestra de especies en que destacan chucaos, carpinteros, pumas, pudú y zorros.
Como un ecosistema único, Oncol se caracteriza por conservar especies exclusivas a nivel global, siendo polo de atracción de diversos centros de investigación nacional e internacional.
Ubicado en el cerro más alto de la cordillera de la costa, a solo 28 kilómetros de Valdivia, el Parque Oncol es una de las Áreas de Alto Valor de Conservación (AAVC) que impulsa la empresa Arauco, más atractivas del sur de nuestro país.
A lo largo de sus 2.841 hectáreas, sus visitantes pueden descubrir una gran biodiversidad de especies emblemáticas y un remanente boscoso de la costa del sur del Chile. Se trata de más de 200 tipos de especies en que destacan 28 tipos de helechos, 9 especies de anfibios y una amplia presencia de aves como el chucao, hued-hued, rayadito, picaflor chico, carpintero magallánico, entre muchas otras, especies que conviven además con mamíferos propios de la zona como el puma, la guiña, el pudú, el zorro y uno de los marsupiales más pequeños del mundo: el Monito del Monte.
Esta atractiva aula natural, permite que se pueda descubrir la belleza particular de este núcleo boscoso del sur del Chile. Vistas privilegiadas de la Selva Costera Valdiviana, sumada a las más de 200 especies de flora y fauna presente en el lugar, son parte de los atributos naturales de este reducto de la naturaleza que forma parte del patrimonio de una empresa forestal.
Interés científico
Es por eso que, a la luz de las cualidades biológicas presentes en el parque, un grupo de investigadores encabezados por el biólogo y Doctor en Ciencias de la Universidad Católica de Valparaíso, Francisco Fontúrbel, se encuentra estudiando al monito del monte desde 2007, proceso dentro del cual busca establecer causalidades entre los hallazgos de monitos del monte, con la presencia de especies de quintral en el bosque valdiviano. El quintral, planta parásita, dispersada únicamente por este marsupial.
Para ello, el equipo integrado por investigadores de la Universidad de Chile y la PUC de Valparaíso, inició el monitoreo en terreno de 12 sitios de interés que van desde Trongol Alto (Región del Biobío), hasta Puerto Montt. Uno de los lugares elegidos fue Oncol.
“El monito del monte es una especie muy críptica y difícil de ver en cualquier periodo del año. Y el hecho que sea nocturno lo complica bastante más. Puedes salir en la noche con una linterna y la probabilidad de verlo es muy baja, porque puede pasar a tu lado y como es tan pequeño, pasa desapercibido”, detalla el investigador cuando se refiere a su estadía en el parque, intentando captar imágenes de la especie.
Hallazgos
La colaboración y desarrollo de investigaciones científicas en Oncol, se enmarcan en un contexto más amplio, que se traduce en la ejecución de un modelo de conservación de la biodiversidad en aquellas áreas del patrimonio que la empresa Arauco ha calificado como de alto valor de conservación. Este modelo definido desde 2011, cumple objetivos en materia de investigación, monitoreo, educación ambiental y vinculación territorial con los vecinos.
Inserto en este favorable contexto, investigadores como el doctor Fontúrbel han podido encontrar las condiciones de colaboración que le permitan llegar a conclusiones científicas que aporten hacia la comprensión del enigmático monito del monte, considerado por la comunidad científica como un “fósil viviente”, dado que todos los otros miembros conocidos de su orden se extinguieron.
Fontúrbel detalló que este proyecto busca “relacionar la ocurrencia del Monito del Monte con la diversidad genética del quintral, que es una planta parásita dispersada únicamente por este marsupial”, puntualiza.
Tras un primer mes de monitoreo, los investigadores ya han podido establecer la ocurrencia de patrones de conducta semejantes. “Son animales nocturnos. La mayor parte de los registros los muestran comiendo constantemente. Una de las características de esta especie es que tiene un sistema digestivo bastante simple y por lo mismo asimila muy poco de lo que come y necesita estar comiendo constantemente”, explica Fontúrbel.
Y agrega que: “es poco frecuente encontrar al Monito del Monte en invierno. Ellos comen mucho durante el verano y almacenan grasa en la parte de la cola y después, durante la hibernación, pueden reducir mucho su metabolismo y se alimentan de esa grasa que está almacenada en la cola”.
El proyecto de investigación tiene un margen de ejecución de tres años, donde en una primera instancia se realizarán los monitoreos de terreno para, posteriormente dar inicio a los análisis genéticos de las muestras de Quintral, y el análisis de las grabaciones obtenidas desde las cámaras trampa.
En esa línea, Patricio Eyzaguirre, subgerente de Asuntos Públicos de Arauco, comenta que “estamos contentos con el hecho que Oncol y otras áreas de alto valor de conservación o AAVC como las llamamos, sean un polo de atención para la comunidad científica e investigadores nacionales, hecho que está en concordancia con la gestión y conservación de nuestro patrimonio forestal que se extiende entre la VI y la X Región, incrementando nuestras áreas destinadas a la conservación de 3 mil a casi 60 mil las hectáreas identificadas como AAVC”.
El proyecto investigador de Fontúrbel es apoyado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT), e incluyó la instalación de cámaras trampa en puntos estratégicos de Oncol, sobre los árboles, principalmente a mediana altura, quilas y ramas delgadas.
El seguimiento respecto de esta interacción biológica ha despertado el interés de científicos internacionales, quienes buscan modelar la relación entre el monito del monte, el quintral y el picaflor en bosques con diferente grado de intervención. Así lo cuenta Tyler McFadden, estudiante de doctorado de la Universidad de Standford, USA, quien se embarcó en un proyecto de investigación que busca relacionar la presencia del Monito del Monte con el Quintral y el Picaflor.
El proyecto que está en su etapa inicial, incluirá el uso de cámaras trampas para captar la relación de estas tres especies. “El Quintral está polinizado casi completamente por el picaflor y las semillas dispersadas por el Monito del Monte. El quintral necesita del monito y del picaflor”, detalla el investigador norteamericano.
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