Tras varias inmersiones en un minisubmarino hasta el fondo antártico se pudieron identificar cuatro Ecosistemas Marinos Vulnerables (EMV). Las imágenes y muestras han sido expuestas como evidencia de la urgencia de proteger estos ecosistemas descubiertos a lo largo de la Península Antártica.
Nuevos ecosistemas en el fondo marino fueron revelados por Greenpeace luego de una expedición de tres meses en la Antártida a principio de este año, viaje liderado por el rompehielos Arctic Sunrise de la ONG y que se enmarcó dentro de la campaña que lidera el grupo ambientalista para la creación de un santuario marino de 1,8 millones de kilómetros cuadrados, lo que sería el área marina protegida más grande del mundo.
Tras varias inmersiones en un minisubmarino hasta el fondo antártico se pudieron identificar cuatro Ecosistemas Marinos Vulnerables (EMV). Las imágenes y muestras obtenidas han sido expuestas como clara evidencia de la urgencia de proteger estos delicados ecosistemas ubicados en el Paso de la Antártica y el Estrecho de Gerlache, a lo largo de la Península Antártica.
Estefanía González, coordinadora de la campaña por la Antártida de Greenpeace describió el trabajo científico como crucial y dijo: “Gracias a esta expedición estos nuevos ecosistemas en el fondo marino del continente blanco podrán estudiarse y protegerse. Hasta ahora se sabe muy poco acerca de estas remotas y poco exploradas aguas antárticas. Afortunadamente, este hallazgo y el trabajo de científicos está revelando la inmensa vida que existe en el lugar y que es necesario proteger de las crecientes presiones que está sufriendo la Antártica, especialmente desde la pesca industrial”.
El análisis relevado por Greenpeace fue liderado por la doctora Susanne Lockhart, de la Academia de Ciencia en California, científica que participó en la expedición a bordo del Arctic Sunrise. Lockhart es responsable de los estudios sobre la identificación del 75% de los EMV basados en las aguas antárticas.
La evidencia de estos cuatro nuevos Ecosistemas Marinos Vulnerables acaba de ser presentada a un grupo de científicos durante la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) en Cambridge la semana pasada a fin que se recomiende como registro formal en la próxima reunión del organismo durante el mes de octubre y se proteja una milla náutica alrededor de cada uno de los sitios.
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