Podemos afirmar con toda certeza que hoy en día estamos claramente insertos en una generación “tecnológica” y vemos como a diario se hace uso de las TI (Tecnologías de la Información) en distintos ámbitos. Por ejemplo, si necesitamos hacernos exámenes médicos acudimos a un centro médico donde podemos comprar el bono porque existen sistemas informáticos interconectados que así lo permiten, luego, nuestros datos personales, detalles e informes médicos pueden llegar directamente a nuestros correos electrónicos si así lo deseamos.
Otro ejemplo de la vida cotidiana, ocurre cuando hacemos una compra presencial en una tienda comercial y nos ofrecen la alternativa de enviar la boleta a nuestros correos electrónicos.
Ahora, si analizamos lo que sucede en las grandes y medianas empresas, la gran mayoría utiliza software que permiten almacenar datos importantes, automatizar diversas prácticas de negocio y gestionar diferentes procesos relacionados con la producción, venta, logística, contabilidad, inventario, pedidos, nómina y gestión en general.
Los más conocidos son el ERP y el SAP, ampliamente utilizados como plataformas de trabajo al interior de las organizaciones, que permiten la interconexión de diferentes áreas independientemente de la ubicación geográfica.
Este tipo de herramientas tecnológicas están diseñadas para estandarizar e integrar procesos de negocio para que toda la información fluya al interior de una empresa, transformándose en un instrumento fundamental a la hora de tomar decisiones estratégicas importantes, desde abrir o cerrar una sucursal o planta, aumentar o disminuir el nivel de producción hasta aumentar o disminuir la dotación de personal.
Por lo tanto, el personal que interactúa con esta herramienta bien sea en un centro médico, tienda comercial o empresa, no solo debe ajustarse al perfil del cargo en lo que respecta a los conocimientos esperados asociados a la especialidad propiamente tal, sino que también debe cumplir con habilidades, conocimiento y manejo de herramientas tecnológicas.
En la actualidad es altamente valorado aquel candidato que posee “cultura informática”, es decir, que ha interactuado con sistemas informáticos, conoce la interfaz de dichos sistemas, los conceptos asociados y sabe cómo resolver determinados problemas asociados al software y hardware de ciertos equipos. Un aspecto no menor que refleja las competencias y habilidades de las personas y que en muchos casos puede traducirse en una disminución de costos para la empresa.
En base a la experiencia, es posible darnos cuenta de que un colaborador que posee conocimientos asociados a la especialidad ya sea en el área contable, financiera, logística, recurso humano u otros, y además cuenta con habilidades blandas como trabajo en equipo y proactividad, constituyen un valor agregado que permite al colaborador hacer carrera dentro de una Empresa y pasa a ser un candidato para participar en proyectos multidisciplinarios con todos los beneficios que esto lleva asociado.
En algunos casos el nivel de conocimiento y dominio de herramientas tecnológicas requerido puede variar entre el nivel básico, intermedio o avanzado, dependiendo del perfil del cargo. Sin embargo, independiente de ello, esta necesidad ya pasa a ser una exigencia requerida prácticamente en forma transversal para los cargos independiente del nivel jerárquico. Por tanto, la necesidad de las empresas es que los futuros técnicos y/o profesionales que se integran a ellas puedan tener las competencias instaladas para disminuir los tiempos en los procesos de adaptación e inducción en los puestos de trabajos.
Por Priscila Vega Guzmán, ingeniero civil informático y docente de las carreras de Administración y Auditoría del CFT-IP Santo Tomás Concepción
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