Es el tercer negocio ilícito más lucrativo, tras el tráfico de drogas y tráfico de armas
Cuarenta millones de personas en el mundo son víctimas de trabajo forzoso, muchas de ellas, víctimas de trata de personas; una grave violación de los derechos humanos considerada la esclavitud moderna.
En el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas –instaurado en 2013 por Naciones Unidas– este lunes 30 en la Intendencia de Aysén se reactivó la mesa a nivel regional, instancia intersectorial e interministerial de alcance nacional, la cual no funcionaba desde el año pasado y que se reactivó por iniciativa de la primera autoridad regional. La política pública sobre el delito de trata de personas en Chile es coordinada por la Mesa Intersectorial sobre Trata de Personas (MITP).
Con el objetivo de dar cumplimento a los ejes planteados en el plan de acción de intervención sobre trata de personas –lanzado en 2015– este lunes los convocados por la Intendente Geoconda Navarrete establecieron un calendario de trabajo para lo que resta de año. El actual plan de acción nacional contra la Trata de Personas 2015–2018 contempla cuatro ejes de intervención: prevención y sensibilización; control y persecución del delito; protección y asistencia a víctimas; y cooperación internacional y coordinación intersectorial.
A nivel local la trata de personas no presenta características de una realidad instalada, según la coordinadora regional de Seguridad Pública Katherine Hunter. La abogada sostuvo que Aysén “no es una de las regiones que esté priorizada a nivel nacional como aquellas otras donde sí hay que trabajar fuertemente en materia de sensibilización y educación de la población para detectar la trata de personas”.
Hunter comentó que dadas las características del delito de trata de personas, “no quiere decir que en nuestra región no haya que trabajar fuertemente en ello, ya que se trata de una práctica muy escondida”. El hecho de que en Aysén no haya casos conocidos por las autoridades, no implica que no existan, aseveró.
“La trata de personas es algo que nos compete a todos”, dijo la intendente Geoconda Navarrete, tras la primera reunión de la mesa intersectorial del año a la que convocó. “Nuestro compromiso como nos ha pedido el presidente Sebastián Piñera en seguridad también abarca también abordar de manera plena el tema de trata de personas y contribuir a tener una sociedad mucho más digna”, precisó.
En representación de la PDI, el jefe de la Región Policial Aysén, prefecto Hugo Ruiz González sostuvo que su institución cumple un rol fundamental en la prevención de la trata de personas. “El extranjero que ingresa al país –sostuvo Ruiz– nos ve no como un agente de control positivo, sino como un agente represor. Y ese es el llamado a sensibilizar tanto a nuestros compatriotas como a los extranjeros que están llegando a mantener su documentación al día; la idea es trabajar en forma mancomunada para evitar la trata de personas, ya que cuando se trabaja en la ilegalidad, se cae en ella”.
Por su parte, el jefe de la Zona de Carabineros de Aysén, general Rodrigo Herrera Torres, explicó en la ocasión que a nivel mundial la trata de personas opera a través de organizaciones, “ya que se requiere del reclutamiento de gente, de su traslado y posterior explotación”. El uniformado manifestó que en la zona a su cargo no ha habido denuncias en el último año. Sin embargo advirtió de dos posibles puntos de preocupación. “Debemos estar atentos –dijo– porque se puede dar, especialmente en la explotación sexual, o en la explotación de menores en el ámbito laboral”.
Un delito de alcance mundial
La trata de personas es una grave violación de los derechos humanos y es considerada la esclavitud moderna; vulnera la dignidad y libertad de una persona, a la vez que afecta seriamente su integridad física y psíquica. La OIT estima que 40 millones de personas en el mundo son víctimas de trabajo forzoso, siendo muchas de ellas, víctimas de trata de personas.
Según cifras de Naciones Unidas, la trata de personas es el tercer negocio ilícito más lucrativo a nivel mundial, luego del tráfico de drogas y tráfico de armas, generando más de 150 mil millones de dólares anuales.
Este delito, puede entenderse como un proceso que va desde la captación de la víctima mediante la amenaza o uso de la fuerza, coacción, rapto, fraude, engaño y abuso de poder, su traslado que puede darse dentro del territorio nacional o cruzando fronteras hacia otro país, la recepción de la víctima en el destino para finalmente, concretar la explotación con fines de trabajo o servicios forzosos, esclavitud o prácticas similares a esta, servidumbre, prostitución ajena u otros formas de explotación sexual y para la extracción de órganos.
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