Chile y el mundo se encuentran en un punto de inflexión en materia de desafíos sociales. En 2015 el PNUD declaró 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dentro de los cuales se encuentra erradicar la pobreza en diferentes grupos de alta vulnerabilidad. Como Instituciones de Educación Superior no podemos estar ajenos a estos desafíos, es más, estamos llamados a formar personas que sean conscientes de su entorno y contribuir desde el conocimiento a la articulación de los diferentes actores de la sociedad, con el fin de impactar en la mejor calidad de vida de nuestros ciudadanos.
Ad portas del Día Internacional del Adulto Mayor, es importante reflexionar sobre la realidad que dominará las próximas décadas en este grupo de eminente vulnerabilidad. En América Latina y el Caribe, según datos de la CEPAL, se está produciendo una inversión de la pirámide poblacional, proyectándose para el 2050 un aumento de quienes tendrán 60 años o más, llegando al 26,6% de la población total; en nuestro país, hoy son el 11,4% (Censo 2017). A lo anterior se suma que el promedio de pensión de los adultos mayores en Chile es de $152.353, según datos de la Fundación SOL (2018), lo que los mantiene endeudados y viviendo en condiciones de precariedad.
En este contexto, ¿tenemos alguna excusa para no reflexionar sobre este tema y hacernos cargo de su futuro? ¿No debiese ser la tercera o cuarta edad el momento de disfrutar lo cosechado y vivir tranquilamente? Lamentablemente, esa no es la realidad del Chile actual. Sin embargo, estamos a tiempo de revertir esta situación, para lo cual se requiere del esfuerzo mancomunado de todos los sectores productivos y también de la sociedad civil. De estudiantes, académicos y universidades, trabajando y pensando en los adultos mayores, para desarrollar propuestas concretas que cambien el destino de miles de chilenos.
Desde Santo Tomás decidimos unirnos a este desafío, a través de la innovación social, destinando recursos para el mejoramiento de la calidad de vida de la tercera edad que vive en condición de vulnerabilidad. Esto es parte de nuestra nueva política de Vinculación con el Medio, cuya primera acción concreta es el concurso “Transformar para Impactar”, abierto hasta el 8 de octubre (www.isocial.cl). Este considera apoyo económico, metodológico y de gestión, para promover proyectos sociales que impacten positivamente en las condiciones de vida de los adultos mayores.
Este es el inicio de un camino que esperamos pueda dar respuestas en el mediano plazo a problemáticas sectoriales, transformando directamente el día a día de 2,4 millones de chilenos. Para Santo Tomás, la tríada territorio – comunidad – innovación, más que una política que nos inspire y regule, es la que nos asegurará una labor fructífera para el desarrollo de nuestros estudiantes, quienes egresarán con una experiencia de aprendizaje inolvidable, pero sobre todo, preparados para ser agentes de cambio en una sociedad que los necesita.
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