Gracias a programa de vigilancia SAG Los Lagos detecta foco de loque americana

En el marco de labores de vigilancia sanitaria en la Región de Los Lagos, funcionarios del Servicio Agrícola y Ganadero detectaron oportunamente un foco de Loque Americana, activando de inmediato el protocolo correspondiente. Se trata de una enfermedad que afecta a las abejas y su hallazgo se produjo en un apiario ubicado en el sector Nercón, comuna de Castro, en el Archipiélago de Chiloé.

Según explicó Eduardo Monreal, director regional del SAG Los Lagos, la Loque Americana es una enfermedad que ataca a las crías de las abejas (larvas) y es muy difícil controlar debido a que su agente causal, la bacteria Paenibacillus larvae, posee la capacidad de formar esporas que le confieren una alta resistencia, a los desinfectantes comunes, pudiendo perdurar más de 35 años en el ambiente.

El foco de la enfermedad fue detectado por inspectores del SAG Castro a partir de acciones de vigilancia de rutina programadas en el Plan de Vigilancia de Enfermedades de las Abejas, encontrándose 2 colmenas positivas a Loque Americana, según confirmación diagnóstica efectuada en el Laboratorio Regional del SAG.

“Tras la confirmación de la enfermedad, el equipo SAG Castro activó un protocolo de investigación de los apiarios desde y hacia donde el apicultor haya movido material. Se procedió a identificar un área perimetral que abarca 5 kilómetros en la cual se deben realizar acciones de revisión intensiva a otros productores apícolas del sector”, precisó Monreal.

“Lo importante en estos casos es mantener focalizado y controlado geográficamente el problema. Las principales medidas que ha adoptado el SAG son la restricción de movimiento de material apícola, tanto vivo como inerte, vale decir, cualquier instrumento, ropa o utensilio puede provocar diseminación de la infección. Lógicamente el apiario se encuentra con medida sanitaria de cuarentena”, enfatizó la autoridad regional del SAG Los Lagos.

Antecedentes de la enfermedad

La Loque Americana se consideró una enfermedad exótica para Chile hasta el año 2001, cuando se detectó el primer caso confirmado en la región de Atacama.

En los años posteriores, se presentaron brotes que afectaron a varias regiones del país, razón que motivó al SAG a implementar el Programa Nacional de Control Oficial, vigente hasta la fecha.

Actualmente, la enfermedad es endémica y se presenta de forma esporádica y focalizada en algunas regiones del país.  

Recomendaciones para apicultores

Las abejas propagan la enfermedad al interior de la colmena. Cabe tener en cuenta que las principales vías de contagio, entre distintas colmenas y entre apiarios, son las intervenciones poco cuidadosas del apicultor; la alimentación con miel de origen desconocido; la adquisición de material vivo o inerte de zonas que presentan focos positivos a la enfermedad, el pillaje de colonias enfermas y errores de vuelo (deriva),

Es por ello que se recomienda a los apicultores controlar el ingreso de cualquier persona ajena al establecimiento donde se encuentra el apiario; mantener el material de trabajo desinfectado y limpio; no utilizar material de trabajo de otros apiarios; no reproducir la colmena desde apiarios enfermos; evitar ingresar productos de otros apiarios como miel, polen, cera, propóleo, jalea real; no mezclar marcos ni alzas entre las colmenas; y denunciar al SAG si sospechan la presencia de la enfermedad.

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