La doble tributación que sigue castigando a los jubilados, por diputado Bernardo Berger

Después de semanas tensas, un número importante de diputados hemos logrado destrabar el proyecto que reformula el sistema de pensiones, corrigiendo las debilidades y estableciendo nuevos escenarios de protección para los ahorrantes de las AFP, quienes han sido los grandes ausentes en estos 40 años de debate.

No obstante, teniendo en consideración de que será un camino largo hasta una legislación nueva, quien suscribe ha querido de manera complementaria presentar un proyecto que, sin bien no es nuevo, viene precisamente a robustecer el monto de la jubilación en la tercera edad de clase media, que es la más desposeída y la más falta de instrumentos de apoyo -lo habíamos puesto a disposición del gobierno anterior, pero aquel nunca sintonizó con la problemática de los adultos mayores-.

La iniciativa consiste, en lo medular, en eliminar gradualmente el impuesto a la renta que se le sigue aplicando a todas aquellas jubilaciones consideradas intermedias, esto es, sobre los 600 mil pesos mensuales.

Son personas pertenecientes a un segmento que por 20, 30 o más años pagaron tributos por concepto de su ejercicio profesional. Por una razón que hoy tiene poco o nada de sentido, el Estado les sigue cobrando impuesto sobre ese ingreso pese a que ya no están laboralmente activos, y por el solo hecho de haber logrado ahorrar un poco más que el resto.

Si estamos buscando fortalecer las pensiones y aumentar la jubilación, es un contrasentido que le sigamos cargando impuestos a quien ya no es un trabajador activo… viene a ser una suerte de doble tributación hacia nuestros adultos mayores que, ni del punto de vista de las políticas públicas, ni de lo tributario, ni de lo ético, tiene razón de ser en el Chile de hoy.

El proyecto es bastante simple, pero reconozco que algún impacto va a tener sobre el erario fiscal. Pero se trata de un impacto menor –de ahí la idea de aplicar la eliminación de forma paulatina, en el lapso de 5 a 10 años hasta desaparecer-. Pero es también una medida perfectamente viable si existe para ello buena voluntad y decisión política.

En síntesis: una propuesta razonable, aterrizada, viable financieramente y con un tremendo beneficio para los jubilados de la clase media chilena que se ven cada día con la soga más al cuello.

Bernardo Berger Fett
Diputado de la República

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