El impacto de la explotación de tierras raras

Los BioLantánidos o tierras raras son minerales oxidados y a pesar de su nombre, no son tan raros, se suelen encontrar en pequeñas porciones y dispersos, o en grandes cantidades como para ser extraídos a gran escala, generando intervenciones al suelo natural y movimientos masivos de tierras donde se ubicará toda una maquinaria para su extracción.

Estas tierras se encuentran en la tabla periódica y corresponden a 17 minerales de distinto tipo, un ejemplo de ello es el Lantano, que en construcción se utilizan en equipos de características sustentables o verdes como los magnetos utilizados en una turbina de viento para la generación de energía o los minerales utilizados en los paneles fotovoltaicos para calefacción de agua o generación de electricidad. Incluso se encuentran en equipos electrónicos propio de nuestro hogar como taladros, destornilladores eléctricos, móviles, etc.

Estos minerales no solo se utilizan en el área de la construcción, se ocupan en distintas disciplinas que dan pie al desarrollo de la tecnología y que son claves para el avance de la medicina, energía sustentable y automoción.

Actualmente, una de las grandes potencias del mundo que produce estas tierras raras es el gigante asiático, China. Se calcula incluso que acapara el 80% de la producción mundial y en concentraciones suficientes como para tener su propia producción y dar vida a lo que es hoy en día la tecnología en el mundo.  Sin embargo, existe la necesidad de buscar nuevos yacimientos en otros países e intentar explotarlos comercialmente por sus propiedades magnéticas, ópticas y eléctricas.

Si bien China se ha convertido en un referente en la extracción de estos minerales, Chile pretende seguir sus pasos con la explotación y el procesamiento de estas tierras en los yacimientos encontrados en Penco, ciudad en la cual proponen instalar una planta para extraer durante 15 años estas tierras raras y obtener unas 1.700 toneladas anuales de óxidos metálicos.

Pero más allá de lo que significa el abrir paso a la explotación de las tierras raras en la minería chilena, existe una preocupación sobre los elevados daños ambientales que ocasiona el procesamiento de estos minerales.

La Ley 19.300 de Bases Generales del Medio Ambiente y sus modificaciones en la Ley 20.417 vigente, establece que toda empresa debe someterse a un sistema de evaluación de impacto ambiental para prevenir altos niveles de contaminación en el terreno donde va a llevarse a cabo la explotación.

A esto se puede añadir, que a solo tres kilómetros del sector donde se pretende explotar estos minerales se encuentra una comunidad habitada, por lo cual, el llamado es asegurar un ecosistema óptimo para mantener la calidad de vida de las personas.

Generalmente, la explotación de estos recursos naturales se lleva a cabo en minas a cielo abierto y los polvos generados no pueden ser tratados ni controlados, siendo expulsados directamente a la atmósfera, causando la intoxicación de plantas, animales, aguas y seres humanos expuestos a los mismos.

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