La importancia de los abuelos

Por Rodolfo Álvarez Jara, director Escuela de Psicología UST Concepción

Las cifras no mienten. Según las proyecciones del INE para el año 2035, la población mayor de 65 años será mayoría en 13 regiones del país, exceptuando aquí a Tarapacá, Antofagasta y Atacama. En tanto, en otras zonas, el envejecimiento de la población sería acentuado, como en Ñuble, que presentaría un 24,6% de población mayor a 65 años, superando a la población de 15 años o menos.

Aquí es donde cabe la pregunta: ¿Qué rol tomarán en este escenario las personas mayores? O bien, ¿qué importancia daremos a los abuelos? Y lo cierto es que han cumplido un papel importante en el desarrollo de las personas desde tiempos inmemoriales, que no es menor.

Los abuelos y abuelas cumplen un rol fundamental en el aspecto afectivo y de vinculación con la historia familiar. Son los que a través de su interacción, contacto e historias, generan la continuidad histórica de las familias y de alguna manera perpetúan los estilos familiares y formas de relacionarse.

Por otro lado, los abuelos son los encargados de entregar un afecto incondicional y libre de responsabilidad de crianza, por tanto tiende a ser “mal criador” y “laissez faire”, es decir, el dejar hacer o dejar pasar con libertad en las acciones de sus familiares más jóvenes, especialmente los nietos.

En esta línea, al llevar en su rol importantes factores emocionales y afectos positivos sin condiciones, permiten el desarrollo de la autoestima, autoconfianza y autonomía en las personas. De esta forma, generan y favorecen el desarrollo del respeto y aquellos que se vinculan de mejor forma, favorecen el que los nietos tenga un buen ejemplo de autoridad y de la manera de vincularse con ella.

No obstante, estos aspectos en la actualidad están desvalorizados y poco desarrollados. Aún cuando el acompañamiento relación entre personas mayores y jóvenes pueda traer grandes beneficios.

Para una persona mayor, el relacionarse con otras jóvenes puede significar una buena fuente de apoyo social al crear una cotidianidad llena de oportunidades de desarrollo o mantención de habilidades que parecen perderse por el paso de los años y el desuso, y que, en contacto con los jóvenes, los adultos mayores pueden ejecutar y sentir que aún son útiles.

Al mismo tiempo, para los jóvenes, esta relación intergeneracional puede fomentar la aceptación de las diferencias, el respeto y la empatía.

Los abuelos y abuelas son el vínculo con nuestra historia, tanto desde lo personal, como en lo familiar y cultural. Si se pierde, se va con ello el eslabón que genera el contacto histórico de nuestras vidas tanto conductual como emocional. Por eso es importante mantener estos vínculos, sobre todo cuando hoy observamos personas mayores cada vez más aisladas y carentes de redes. Y esta soledad hace que tanto ellos como nosotros perdamos aspectos importantes de nuestras vidas.

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