Hallan fósiles de tortugas de agua dulce de 75 millones de años en la Patagonia chilena

Paleontólogos chilenos dataron entre 78 y 75 millones de años atrás a estos vertebrados del género Yaminuechelys que habitaron la Patagonia chilena durante el Cretácico superior.

 

Paulina rojas / INACH

Una reciente investigación de paleontólogos chilenos dio a conocer el registro más austral de un grupo de tortugas de agua dulce (de la familia Chelidae), que data entre 78 y 75 millones de años y que en la actualidad no tiene representantes vivos en nuestro país.

Los restos fueron encontrados en el valle del río de Las Chinas, provincia de Última Esperanza, sector de suma relevancia científica por el amplio registro fósil de la flora y fauna que habitó a fines de la Era de los Dinosaurios en lo que hoy se conoce como la región de Magallanes y de la Antártica Chilena.

El estudio lleva por nombre “Freshwater turtles (Testudines: Pleurodira) in the Upper Cretaceous of Chilean Patagonia” [Tortugas de agua dulce (Testudines: Pleurodira) en el Cretácico Superior de la Patagonia Chilena] y fue publicado a inicios de esta semana por la revista especializada Journal of South American Earth Sciences.

Figuran como autores del texto los investigadores: Jhonatan Alarcón-Muñoz, Sergio Soto-Acuña, Dániel Bajor, Juan Pablo Guevara, Felipe Suazo y Dr. Alexander Vargas de la Universidad de Chile; Leslie Manríquez de la Universidade do Vale do Rio dos Sinos; Roy Fernández de la Universidad de Concepción y el Dr. Marcelo Leppe, director del Instituto Antártico Chileno (INACH).

“Uno de los aspectos más importantes de nuestro trabajo es que damos a conocer la primera identificación a nivel de género (Yaminuechelys) de una tortuga de agua dulce (y más específicamente de la familia Chelidae) de esa edad para esas latitudes”.

“Dicho de otro modo, es la identificación más austral conocida de un género de tortugas de agua dulce para el Cretácico superior, y a su vez corresponde a uno de los registros más australes de la familia Chelidae conocida hasta ahora en el mundo”, describió Jhonatan Alarcón-Muñoz, paleontólogo de la Universidad de Chile y autor principal del texto.

Luego añade que “se comparó este material fósil con el de otras tortugas fósiles publicadas en la literatura científica, principalmente sudamericanas, con el objetivo de determinar aspectos tales como sus relaciones de parentesco, tamaño y si se trataba o no de un género o especie conocida para la ciencia”.

Los primeros restos fósiles fueron encontrados en febrero del 2015 en el valle del río de Las Chinas, específicamente en una localidad denominada por el equipo de trabajo como “Saurópodo”.

Para efectos de la investigación, ellos participaron de las expediciones científicas que se realizaron en febrero de los años 2015 a 2019 organizadas por INACH y lideradas por el hoy director del Instituto Dr. Marcelo Leppe. Durante los últimos años, este estudio también recibió apoyo del proyecto Anillo ACT 172099 “Registro fósil y evolución de vertebrados”, dirigido por el Dr. Alexander Vargas.

En el Programa Nacional de Ciencia Antártica, administrado por el INACH, ha existido un interés por comprender la relación de Sudamérica y Antártica en varios planos, el paleontológico uno de ellos, y en poco tiempo ha entregado resultados sorprendentes como la comprensión del origen antártico de parte de la flora que hoy puebla los bosques del sur de Chile.

“En terreno nosotros colectamos materiales aislados, los cuales estaban asociados a restos de otros vertebrados, tales como dinosaurios saurópodos y otros vertebrados más pequeños”.

“Estos hallazgos se produjeron principalmente mediante prospecciones de los afloramientos, lo que implica caminar por las zonas en las que existe probabilidad de hallar fósiles”.

“También se realizó el tamizado de los sedimentos mediante mallas metálicas muy finas, con el fin de hallar fragmentos de pequeño tamaño”, explicó Alarcón. Estas piezas son luego trasladadas al laboratorio, donde se preparan para su posterior estudio.

“Se procede a la remoción del sedimento adherido a la superficie de los fósiles y a la aplicación de pegamentos y consolidantes para reforzar las piezas. Luego de estos pasos, se procede al estudio, consistente en la comparación de los fósiles con materiales publicados en literatura científica depositados en otras instituciones”, comentó.

La siguiente fase será buscar materiales más completos que permitan obtener información adicional sobre la morfología y parentesco de las tortugas fósiles del valle del río de Las Chinas. “Nuestro objetivo principal es determinar si estamos en presencia de una especie ya identificada en Argentina o si se trata de una especie nueva”, añadió.

¿Cómo se describe este espécimen?

Este descubrimiento corresponde al registro más antiguo que se tiene de la familia Chelidae en Chile. “Los estratos en los que fueron hallados los restos de tortuga presentan dataciones que permiten estimar su edad entre aproximadamente los 78 y 75 millones de años”, confirma Alarcón.

A su vez, esta familia tiene una escasa representación en el registro fósil a nivel nacional, por lo que este nuevo hallazgo permitirá enriquecer el poco conocimiento que existe sobre la evolución de este grupo en el territorio; y corresponde a uno de los registros más australes de esta familia de tortugas conocido hasta ahora en el mundo.

Entre los fósiles estudiados se encuentran partes de un húmero y un fémur, además de varios fragmentos de placas óseas que forman el caparazón dorsal”.

“Específicamente, a partir del estudio de los fragmentos del caparazón, pudimos determinar que estas tortugas probablemente pertenecían al género Yaminuechelys, cuyos restos solo habían sido descubiertos en rocas del Cretácico superior y Paleoceno de la Patagonia argentina”.

“Pudimos determinar que las tortugas fósiles del valle del río de Las Chinas pertenecían a aquel género a partir de la morfología de las placas periféricas (que forman los bordes laterales del caparazón) y de la placa pigal (ubicada en la parte posterior del caparazón), y por la presencia de ornamentación compuesta de pequeños polígonos irregulares que cubrían la superficie de las placas”, expresó.

Yaminuechelys es un género extinto perteneciente al grupo de las pleurodiras, que agrupa a tortugas de agua dulce que repliegan lateralmente su cuello en el caparazón.

Los representantes de este género posiblemente habitaban en lagunas, ríos y lagos, tenían el cuello largo y el caparazón decorado con pequeños polígonos irregulares. El género Yaminuechelys está representado por tres especies correspondientes a Y. gasparinii, Y. maior y Y. sulcipeculiaris.

En la actualidad las tortugas de la familia Chelidae están presentes en regiones tropicales de Sudamérica y también Australia, por lo que corresponden a un grupo relicto de Gondwana.

La presencia de estas tortugas en la Patagonia chilena es clave para entender la conexión entre los continentes gondwánicos a fines del Cretácico. Con bastante probabilidad encontraremos en el futuro representantes de esta familia en rocas de la Antártica.

“Sin embargo, nosotros no pudimos determinar si los restos de tortuga de la Patagonia chilena pertenecían a una de esas especies o si se trataba de una especie diferente, asunto que solamente se podrá resolver a partir del estudio de materiales más completos”, comentó el investigador.

De esta manera, la información que logren reunir será de gran valor para comprender la evolución y distribución de la biota que existía en las regiones más australes de Sudamérica al final del Mesozoico, así como la distribución de ciertos componentes bióticos existentes en las masas de tierra que anteriormente constituían Gondwana.

“El valle de Las Chinas, con toda seguridad entregará nuevas sorpresas sobre nuestro pasado prehistórico”, sentenció Alarcón.

A lo anterior, el paleontólogo Sergio Soto y coautor del estudio agregó “es importante continuar con las expediciones en Patagonia y también en Antártica, para así desvelar los misterios del origen y distribución de estos linajes relictos”.

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