Una nueva temporada de poda está por comenzar y los productores de arándanos y frambuesa de la zona ya alistan hasta los últimos detalles. Y es que la seguridad para los trabajadores es lo primordial y enfrentarse a la pandemia un año más, hace que las medidas de cuidado se deban extremar.
Francisco Novales, presidente de Aproberries A.G. explicó que, si bien todos los periodos tienen su complejidad, tienen la experiencia del año pasado, un año de mucho aprendizaje- según argumentó- donde sabían que debían cuidar a los colaboradores haciéndoles charlas de inducción y de cómo hacer el trabajo propiamente tal bajo la modalidad Covid, pero sin experiencia previa.
Este año va a ser un poco más fácil debido al trabajo realizado el 2020 y al buen equipamiento de los trabajadores, pese a que comenzando el invierno-que es cuando se hacen la poda, el Covid se mezcla con los encierros en la casa, la falta de ventilación porque el tiempo esta más frío, hay más humedad, y la mezcla con otras enfermedades respiratorias, puedan complicar la situación.
Novales agregó que, “Es súper importante tener una trazabilidad para cuando haya algún foco o un infectado para que podamos comunicarnos con la seremi de salud, teniendo un control exacto de nuestra gente desde el momento que entra a trabajar hasta el momento que se van.”
Por su parte, el PTI Berries Biobío Centro, programa administrado por Codesser y cofinanciado por Corfo- durante todo el 2020 estuvo desarrollando actividades informativas y preventivas, además de acercar a los productores con distintas entidades públicas para estrechar relaciones.
Carlos Muñoz Sufán, gestor Técnico del PTI expresó la importancia del trabajo realizado.
“Creo que hemos sido un aporte porque todas las actividades han sido definidas por los productores. El seminario fue direccionado a protocolos Covid, donde hablamos con expertos, la Seremi del Trabajo y de Salud, y todo fue planificado en función de aportar información a los productores de berries de la zona.”
Para esta etapa de poda, se espera operar con mayor normalidad, ya que también se necesita menos personal. Se estima durante el periodo de cosecha- en el verano- se trabajó con el 30% menos de cosechadoras, esto debido principalmente al temor entre ellos de contagiarse, según el presidente de Aproberries.
Paula Sarzosa Vergara / Periodista
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