“Este tipo de intervenciones vienen a complementar el gran trabajo que desplegamos en los barrios de la región, y vienen a demostrar que no sólo levantamos obras de cemento, sino que vamos más allá, abriendo espacios de encuentro y aprendizaje que finalmente se traducen en una comunidad que alberga y recibe estas obras con un sentido de identidad y pertenencia”, señaló Sebastián Abudoj, Seremi de Vivienda y Urbanismo.

Para muchos era un mundo totalmente desconocido. Comenzar fue lo más difícil, pero el entusiasmo y la perseverancia fueron clave para dar vida al maravilloso mundo de la orfebrería con identidad. “Esto nos sirvió para salir de la rutina, botar el estrés por la pandemia y ocupar la mente en otra cosa. A veces uno cree que no es capaz de hacer cosas nuevas y sí somos capaces. Para mi este taller fue genial”, comentó con alegría María García, participante del taller.

Mientras que para Marfilda Peña, quien también fue parte de la actividad, se trató de “una oportunidad para mejorar nuestra autoestima, porque nunca pensamos que íbamos a ser capaces de hacer algo tan bonito. Mis hijos me felicitaban en la casa al ver mi trabajo”.

Retablos de mesa y pared, aros, llaveros y magnéticos fueron algunos de los trabajos artesanales que realizaron los vecinos que participaron en la iniciativa que se realizó en el Club Deportivo La Unión, con una duración de 16 horas pedagógicas. El objetivo; entregar un espacio de aprendizaje, recreación y rescate patrimonial de Lebu y el barrio.

“Yo lo tomé con un taller de autocuidado y de aprendizaje. En las tardes venía acá a aprender con nuestra profesora, que es muy buena, y me relajaba bastante con el trabajo artesanal”, comentó Rose Alvear.

Asimismo, Tiare Paz, monitora del taller de orfebrería con identidad y artesana lebulense realizó un balance positivo de la instancia, “fue una excelente experiencia. El trabajo artesanal se realizó bajo la lógica del rescate de la identidad minera, la pesca y también La Cruz que está en el principal mirador de la comuna. La idea es que, si alguno de los vecinos desea seguir trabajando la técnica de la orfebrería, pueda hacer productos destinados a los turistas que vengan a Lebu”, destacó.

Para muchos se trató de una excelente oportunidad para emprender, para otros significó un momento de relajación, salir de la rutina y mejorar su autoestima. De lo que no hubo duda, es que fue una experiencia muy valorada por los vecinos de Cerro la Cruz, Agua las Niñas y Camarón alto, quienes cautivaron con su hermoso trabajo artesanal, con las manos siempre puestas en el cobre y el carbón.

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