Ascanio Cavallo: “Si Pinochet no se subía al Golpe de Estado, lo mataban; eso es casi seguro”

El Premio Nacional de Periodismo y coautor de “La historia oculta del régimen militar” es parte de la producción audiovisual “Intelectuales: 11 miradas del 11 de Septiembre” de la Fundación Memoria, Debate y Espíritu. Aquí, un adelanto de su entrevista.

“Muchos testigos dicen que Allende preguntó por Pinochet el 11 de septiembre; cree que lo tomaron preso los golpistas. Es un error de apreciación. Pero no era difícil cometer errores esa mañana”.

Ascanio Cavallo, Premio Nacional de Periodismo y coautor de “La historia oculta del régimen militar”, relató cómo las Fuerzas Armadas fueron adquiriendo protagonismo en el Gobierno de la Unidad Popular hasta quedarse con el poder total, como parte de su participación en la producción audiovisual “Intelectuales: 11 miradas del 11 de Septiembre”, realizada por la Fundación Memoria, Debate y Espíritu (FMDE), en colaboración con Insight Comunicaciones.

En su entrevista para el programa que ya se puede ver en youtube, también detalló las tensas horas previas protagonizadas por la alta oficialidad antes de dar el Golpe de Estado de 1973. “La Unidad Popular fue un problema porque era grupo de partidos que nunca le permitió al Presidente Allende gobernar por encimas de ellos. Desde Patricio Aylwin nos acostumbramos a que el Presidente estaba por encima de la coalición. Y con Allende no, estaba por debajo o al lado. No
mandaba en el Partido Socialista, no mandaba en el Mapu, no mandaba en el PC. Su coalición era un problema, porque tampoco estaban de acuerdo entre ellos. Y aún peor, los partidos que la integraban estaban divididos también internamente”, dice Cavallo.

“La Unidad Popular fue probablemente la coalición más conflictiva que haya habido en la historia de Chile”, agrega. El tiempo apremia. La inestabilidad política, la crisis económica, la violencia en las calles y la división de la sociedad, coronado con el paro de camioneros de octubre de 1972, allana el camino para el ingreso de los militares al gabinete.

“Allende los pone en el poder e invitar a los militares al gabinete no es gratis. Les están enseñando a gobernar, le están haciendo participar del debate interno. Ellos están viendo lo que está ocurriendo; ningún oficial llega ahí y después en la tarde se va a su casa en silencio. No, primero tendrán que informar a sus superiores. Meter a los militares al Gobierno siempre tiene el mismo resultado”, añade el analista político.–¿Fue un error del Presidente Allende?

“Es que es difícil hablar de error cuando no tienes otra alternativa para tratar de contener el disturbio de tu coalición. Poner a otra gente, una especie de árbitros es fatal. Y fue fatal para los cuatro comandantes en jefe también. Eso es un aspecto poco subrayado. Antes del 20 de agosto del 73, los comandantes en jefe están dispuestos a entrar al gobierno a asumir ministerios. 33 días después no hay ninguno en su puesto. Es impresionante. Todos han salido producto de renuncias,
golpes internos. Es como un proceso en el que llegaste al borde de un precipicio y no queda nada más que caer”.

–¿Y la figura de Augusto Pinochet? En unos de sus libros, él dice que sabía lo del golpe. Pero otros indican lo contrario, que se sumó casi al final. “Es muy discutido eso. Yo he tendido a tenerle respeto a los militares chilenos. Son complejos, son
sofisticados, son inteligentes. Y, sobre todo, son muy conscientes de que la violencia para ellos siempre es vecina con la muerte. Cada oficial que participa en un acto de gobierno, en un gobierno tenso, en un Gobierno crispado, está al borde de la muerte. Siempre está con la posibilidad de que lo maten. Y un oficial que está preparando, o que va preparándose para encabezar un golpe de Estado, es un oficial que pueden morir al día siguiente. ¿Pinochet se subió a última hora? Sí, pero, primero, si no se subía, lo mataban. Eso es casi seguro; segundo no es que fuera un hombre muy cercano ni proclive a Allende. Así que de todas maneras no lo íbamos a ver en ese bando. Y tercero, a esa altura un general no se va a mostrar, puede arriesgar su cargo o seguridad”.

–¿Cómo es Pinochet antes del golpe y después de las 4 de la tarde de ese 11?

“Por lo general nosotros hablamos del golpe de Estado como si fuera el golpe contra Allende y punto; en realidad hay tres golpes. Uno es contra el comandante en jefe de la Armada (Raúl Montero Cornejo) general que los destituyen esa mañana sin que se dé cuenta. Simplemente se encuentra con la reja con un candado, no puede salir, el auto no parte. Y hay otro almirante que toma el mando en ese momento (José Toribio Merino); en Carabineros, cinco generales quedan en el aire,
porque el que toma el mando es el sexto. ¿Cómo lo toma? Tomándose la central de comunicaciones. Y en caso del Ejército hay un cuasi golpe, porque Pinochet había firmado un compromiso con otros generales: si él no llegaba al puesto de mando en Peñalolén, tomaba el mando el general Bonilla, a quien no le correspondía. Por lo tanto, Pinochet había autorizado un golpe interno. Había autorizado que el quinto general pasara por encima de los otros 4. No ocurrió eso y Pinochet se encargó de ir sacando a todos esos generales que estaban más entusiastas y en tres o cuatro años, ya no quedaba
ninguno”.

Ascanio Cavallo sostiene que tampoco se ha puesto énfasis en otro aspecto del día del golpe. “El 1 1 mismo hay como 30 muertos en todo Chile. En los alrededores de La Moneda se disparan 50 mil proyectiles y no muere nadie. Las únicas dos personas que mueren dentro de La Moneda son suicidados, el Presidente Allende y el periodista Augusto Olivares, nadie más muerto por una bala ajena. Cae muy poca gente en Santiago y muy poquita en regiones. Pero entre el 12 de septiembre y el 31 de diciembre del año ’73 ya tenemos más de mil muertos o desaparecidos. O sea que la violencia real, la que suena, la espantosa, la que da terror es la del ‘11’. Pero la real es la que empieza después, y eso tiene pocas explicaciones”.

La reforma agraria y su conexión con la revolución cubana, el “gesto moral” del Presidente Salvador Allende, el quiebre de la democracia, las violaciones de los derechos humanos y la fundación de un nuevo orden económico a partir de 1973 también están entre los temas abordados por los intelectuales en el programa “11 miradas del 11 de septiembre”.

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