Ante la potente voz de la ciudadanía que espontáneamente se ha manifestado en las calles de nuestro país, entendemos que es el tiempo de escuchar, recoger inquietudes y buscar caminos y soluciones a las demandas, tanto estructurales como de servicios que nos han hecho llegar. No hay más tiempo para discursos, es tiempo de respuestas.

Absolutamente nadie que tenga un poco de empatía y sentido común puede ser indiferente a la realidad de la gran mayoría de las familias de Chile, que por ejemplo en el caso de nuestros adultos mayores, no alcanzan a llegar con las cuentas a fin de mes, o que la mitad de la jubilación la ocupan en remedios y comida básica.

¿Por qué deben seguir gastando su pensión en ello, si debiese ser el rol del Estado entregárselos eficazmente en la asistencia pública o en la atención primaria? y por otra parte, ¿qué pasa con los jóvenes que quieren construir un futuro y ven las puertas cerradas y con ello la perdida de “esperanza” que no hace sino aumentar su desapego contra el sistema?

También podemos agregar, ¿cómo entendemos que, así como hacen otros países incluyendo a los más desarrollados, debemos defender la producción y empleo nacional frente a una globalización brutal o la automatización de la producción y el trabajo que está dejando a miles fuera del mundo laboral?.

¿Cómo hacemos que la concentración de las riquezas y las utilidades de las Mega Empresas sean reguladas para que esos peces gigantes no se coman a toda la población?

Y en este contexto ¿cómo hacemos que el presupuesto público no se forme principalmente por el IVA que lo pagan todas las chilenas y chilenos cada vez que compramos o vendemos por poco que sea?, mientras los más ricos de este país no aportan lo que les corresponde aportar a ese presupuesto público que permite hacer funcionar a las instituciones y servicios que deben cumplir el rol subsidiario del estado.

Si los más ricos de Chile pagasen lo que les corresponde, tal como lo hacen los países más desarrollados, en que pagan hasta el 50% de sus ingresos, nuestro país podría estar mejor abastecido en los servicios públicos.

Ha sido el tiempo de escuchar, ahora viene el tiempo del diálogo y la búsqueda de acuerdos que permitan encontrar la solución, y en ello la Cámara de Diputados que presido estará en la primera línea de la disposición. Tenemos que trabajar por Chile. Tenemos que resolver lo que nos reclama la ciudadanía.

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