Por Paula Espinoza, docente de la carrera de Enfermería de la UST sede Concepción.

El invierno ya está instalado entre nosotros, por lo que es muy probable que en éste período permanezcamos más tiempo en recintos cerrados, poco ventilados y muy calefaccionados. 

Por lo anterior nos exponemos a los denominados cambios de temperatura, pues al salir de nuestra casa, trabajo o lugar de estudio, nos enfrentamos al frío, que es uno de los factores responsables del aumento de enfermedades respiratorias durante ésta estación del año.

Cuando nos exponemos al frío, nuestros mecanismos de defensa presentes en nariz y boca se tornan más vulnerables y por lo tanto, nos volvemos más susceptibles a enfermarnos con virus que ingresan por esas vías. Además, es debido a las bajas temperaturas ambientales que proliferan ciertos virus, por lo que en ésta época aumentan los resfríos comunes, bronquitis, virus respiratorio sincicial, y la ya temida y conocida influenza.

Debido a lo anterior, es que debemos tomar resguardos que nos permitan prevenir el contagio; algunas medidas eficaces son:

La primera sin duda la vacunación, tanto para niños, adultos en riesgo y adultos mayores

Mantener una alimentación saludable que incluya consumo de frutas y verduras

Lavado de manos frecuente con agua y jabón

Cubrirse la nariz y boca con antebrazo al toser o estornudar; usar preferentemente pañuelos desechables

Guardar reposo al estar enfermo

Abrigarse en capas según la temperatura

No automedicarse, pues fármacos como los antibióticos no combaten a los virus.

En nuestra casa es aconsejable ventilar al menos 10 minutos al día, desinfectar superficies y no calefaccionar en exceso.

En caso de que se presente el contagio, es importante que la población consulte oportunamente en un centro asistencial cuando exista un compromiso general importante y dificultad respiratoria.

0 lecturas