Manejo de quemaduras térmicas por incendios

Los últimos hechos de emergencia que ha vivido nuestra región y aledañas, debido al descontrol de los incendios propiciados por las altas temperatura de la zona, con efectos como la destrucción de localidades, predios y viviendas, han afectado a personas así como también animales domésticos y/o silvestres.

Una de las consecuencias del desastre son las quemaduras térmicas por incendio. Cuando son causadas por el calor, inicialmente se destruye la capa externa de la piel, y si se continúa quemando, se lesiona y destruye también la segunda capa.

La severidad dependerá de la temperatura de la fuente de calor, el tiempo expuesto, la ubicación en el cuerpo y la magnitud de la quemadura, la edad de la persona y su condición médica.

¿Qué hacer?

Salir de la exposición de la fuente de calor

Si hay contacto con ropa u otro accesorio, retirar rápidamente

Mojar la zona afectada con abundante agua fría

Cubrir la herida con vendaje o paños limpios

Beber abundantes líquidos

Evaluar profundidad, y ante dudas, trasladar a centro asistencial (lo mismo si la persona afectada inhaló o respiró aire caliente).

Qué evitar:

No quitar la ropa si ya está adherida

Colocar hielo de manera directa (también quema)

No reventar ampollas

No usar ningún tipo de loción o crema en la lesión.

¿Cómo reconocer los tipos de quemaduras?

  1. Quemadura Tipo A o superficial: solo enrojecimiento de la piel. Afecta a la epidermis y/o parte de la dermis papilar, y tiene una recuperación de 7 a 10 días, hasta que se dé la reproducción de nuevas células, suficientes para reemplazar a las destruidas. Sus cuidados son ambulatorios y solo se debe cubrir con un vendaje suave, evitando los roces y humedad en la zona. No aplicar ningún tipo de ungüento.
  2. Quemadura tipo AB: en su evolución se observa el surgimiento de ampollas, con compromiso de la dermis, aunque la dermis reticular (capa más interna) permanece ilesa, al igual que los segmentos más profundos de los anexos cutáneos. Pese a ello se caracteriza por ser muy dolorosa, por el daño en las terminaciones libres. Sus cuidados son manejo inicial básico y ambulatorio, no reventar ampollas, no usar ningún tipo de cremas o lociones y no humedecer. Requiere de curaciones por enfermero y analgesia prescrita por médico.
  3. Quemadura tipo B o profunda: se caracteriza por una lesión completa de todos los elementos de la piel, lo que da origen a la llamada “escara”. Aparece en la zona un tejido color castaño negruzco o blanco acartonado, duro al tacto, que no genera dolor. Las medidas básicas serán los primeros auxilios, y luego acudir a especialistas, en un centro asistencial, los que procederán a la hospitalización.

Es importante considerar que siempre una quemadura va a ser más grave en población infantil y adulta mayor, y que hay zonas del cuerpo que se llaman “críticas”, como cara, palma de las manos, zona de pliegues, mamas y genitales, que exigen la pronta evaluación médica, para descartar riesgos asociados.

Se debe tener presente que una quemadura, sin un buen manejo inicial, puede tener graves complicaciones, tanto en la zona afectada como en el organismo total de quien padece la lesión.

Por Magaly Sandoval Zavala, enfermera.

Académica de Enfermería Universidad San Sebastián, Sede Concepción 

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